Yendo un
poco más allá, se postró sobre
su rostro y oró: "Padre mío,
si es posible, no me hagas beber este trago amargo.
Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres
tú."
Jesús se retira como a
un tiro de piedra a un lugar donde que existe una
enorme roca. Y "empezó a entristecerse
y a sentir angustia. Entonces les dijo: Mi alma
está triste hasta la muerte. Quedaos aquí y
velad conmigo"(Mt). No se trata de una batalla
cualquiera, sino de un amor que va a sufrir la
mayor dificultad. Cuando en el fondo del alma se
vive el gozo de la presencia del Padre, lo externo
se torna menos difícil. Pero ahora Jesús
experimenta como una no presencia, aunque el Padre
esté siempre allí.
Jesús ora
A Jesús se le hace presente todo el sufrimiento
de la crucifixión. De esto se trata. De amar a pesar
de los pesares. Y viene la angustia, el desasosiego, las
lágrimas, el desaliento. Experimenta los efectos
del pecado en su alma, especialmente la separación
de Padre, que es lo más difícil, es un comienzo
del descenso a los infiernos que ocurrirá después
de la muerte. Es un anonadamiento en su alma. Ha comenzado
la Pasión cruenta en su alma. Pero no cede, sigue
rezando, y sigue amando la voluntad del Padre que también
es la suya, y ama a los hombres todos, que son los causantes
de ese dolor.
"Y adelantándose un poco, se postró rostro
en tierra mientras oraba diciendo: Padre mío, si
es posible, que pase de mí este cáliz; pero
no sea como yo quiero, sino como quieras Tú"(Mt).
Jesús llama a su Padre, con acentos de hijo pequeño,
le llama "Abba"(Mc) oración desconocida
en otros labios. Él es el Hijo que cumple la voluntad
amorosa del Padre. El Padre quiere salvar a los hombres
por la línea del máximo amor; y el Hijo quiere
esa voluntad que costará tanto dolor. Ese es el
precio de la salvación de los hombres: un acto de
misericordia que cumple, al tiempo, toda justicia.
Entonces "Un ángel del cielo se le apareció para
confortarle. Y entrando en agonía oraba con más
fervor y su sudor vino a ser como gotas de sangre que caían
sobre la tierra" (Lc). Todo el cuerpo está empapado
en ese extraño sudor de sangre. La angustia del
alma llega ser terror; pero no le vence, no desiste Jesús
de su empeño de entregarse. Quiere la voluntad del
Padre, que es la suya, no la del cuerpo que se resiste,
lleno de pavor.
Los discípulos se duermen
En este estado busca consuelo en los suyos. "Volvió junto
a sus discípulos y los encontró dormidos;
entonces dijo a Pedro: ¿Ni siquiera habéis
sido capaces de velar una hora conmigo?" Es un queja
para los que no han sabido estar a la altura de las circunstancias.
Se excusan por el cansancio, pero es un sueño extraño,
su causa es "la tristeza" (Lc), es como una evasión
cuando los enemigos de Jesús bullen aquella noche
sin ceder a sueños ni descansos. Pero de nuevo Jesús
se rehace y se vuelca en aquellos que no saben, ni pueden,
hacer más. Y les dice: "Velad y orad para no
caer en tentación: pues el espíritu está pronto,
pero la carne es débil"(Mt). El sueño
de los discípulos tiene también una causa
infranatural; es el diablo, que envuelve en su tiniebla
las mentes y los espíritus de todos. Jesús
no lucha sólo contra su debilidad, sino contra el
príncipe de las tinieblas que está desplegando
todo su poder; y ellos, sus seguidores, sin oración
no son nada. La oración será la fuerza para
vencer cualquier dificultad; al mismo diablo con todo su
extraño poder.
Hágase Tu voluntad
Ya muy entrada la noche Cristo se retira durante un tiempo
largo, y se repite la oración, la agonía
que no puede superar a pesar del consuelo del ángel.
Y "de nuevo se apartó por segunda vez y oró diciendo:
Padre mío, si no es posible que esto pase sin que
yo lo beba, hágase tu voluntad. Volvió otra
vez y los encontró dormidos, pues sus ojos estaban
cargados de sueño. Y dejándolos, se apartó una
vez más, y oró por tercera vez repitiendo
las mismas palabras" (Mt). La insistencia es amor
que no cede; es una verdadera pasión en el alma,
y también en el cuerpo. Parece un desecho de los
hombres, está humillado y parece derrotado; supera
una y otra vez la tentación y la oración
-vida de su vida- se hace más intensa.
Reflexión
Seamos fuertes, estemos abiertos, abiertos al Señor;
velemos, hagamos oración. Que el Espíritu
nos mueva y nos haga ver la realidad de la vida, el estar
con Él, Que la oración sea nuestra herramienta
del Cristiano, meditemos hagamos un examen de Conciencia.
Sin la oración no se hace nada, no caigamos en el
error por flojera de no rezar, velad y Orad para no caer
en tentación. Darnos fuerza, Jesús para poder
vencer el mal. Así sea.
2ª ESTACIÓN:
JESÚS ES TRAICIONADO POR JUDAS
Mateo 26,47-56a
Y hablando aún él, he aquí Judas,
uno de los doce, vino, y con él mucha gente
con espadas y con palos, de parte de los príncipes
de los sacerdotes, y de los ancianos del pueblo.
Y el que le entregaba les había dado señal,
diciendo: Al que yo besare, aquél es: prendedle.
Y luego que llegó á Jesús,
dijo: Salve, Maestro. Y le besó. Y Jesús
le dijo: Amigo, ¿á qué vienes?
Entonces llegaron, y echaron mano á Jesús,
y le prendieron. Y he aquí, uno de los que
estaban con Jesús, extendiendo la mano,
sacó su espada, é hiriendo á un
siervo del pontífice, le quitó la
oreja. Entonces Jesús le dice: Vuelve tu
espada á su lugar; porque todos los que
tomaren espada, á espada perecerán. ¿Acaso
piensas que no puedo ahora orar á mi Padre,
y él me daría más de doce
legiones de ángeles? ¿Cómo,
pues, se cumplirían las Escrituras, que
así conviene que sea hecho? En aquella hora
dijo Jesús á las gentes: ¿Como á ladrón
habéis salido con espadas y con palos á prenderme?
Cada día me sentaba con vosotros enseñando
en el templo, y no me prendisteis. Más todo
esto se hace, para que se cumplan las Escrituras
de los profetas. Entonces todos los discípulos
huyeron, dejándole.
Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará Muy
entristecidos, se pusieron a decirle uno por uno: ¿Acaso
soy yo, Señor? Él respondió: El que
ha mojado conmigo la mano en el plato, ése me entregará.
El Hijo del hombre se va, como está escrito de él,
pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del hombre es
entregado! ¡Más le valdría a ese hombre
no haber nacido!» Entonces preguntó Judas,
el que iba a entregarle: ¿Soy yo acaso, Rabí?
Le dice: Sí, tú lo has dicho.
La traición de Judas Iscariote nos parece una acción
totalmente repugnante. Y nos cuesta entender el misterio
de ese hombre. ¿Qué motivos tenía
para traicionar a su Maestro?
Fue elegido, un día, por Jesús para formar
parte del círculo más íntimo de sus
amigos. Lo acompañó durante su vida pública.
Escuchó sus enseñanzas. Vio sus innumerables
milagros. Y sin embargo lo entrega por treinta monedas. ¿Qué habrá pasado
en ese hombre para llegar a tal extremo?
No se sabe con seguridad cuáles han sido los motivos
de su traición. Unos piensan que ha sido por codicia.
Según el Evangelio de San Juan, él estaba
encargado de la bolsa común y los demás apóstoles
sospechaban que era un ladrón. Pero, por otra parte,
treinta monedas era muy poco dinero en aquel tiempo. Sabemos
también que Judas, cuando supo que Jesús
había sido condenado, se llenó de remordimientos
y devolvió las treinta monedas a los sumos sacerdotes.
Otros piensan que Judas se sintió defraudado por
su Maestro: Jesús no era lo que él esperaba. Él
esperaba una liberación de su pueblo del yugo de
los romanos, esperaba a un Mesías político.
Los demás apóstoles tenían también
ambiciones humanas, pero en su contacto con Jesús,
lograron purificar su fe. Judas no consiguió eso
y la traición fue su manera de vengarse.
De todos modos, es muy difícil penetrar en el misterio
de ese hombre y de su acción: misterio de la debilidad
y la maldad humana
Como contraste, tenemos que ver la actitud de Jesús
frente a Judas. Más de un año antes de estos
sucesos, el Señor le advierte a Judas: “Yo
mismo los elegí a ustedes los doce, y sin embargo
uno de ustedes es un demonio” (Jn 6, 70).
Después, cuando se acerca el momento, un acto de
humillación profunda frente a aquel que está a
punto de traicionarlo: “Se levantó mientras
cenaba, echó agua en un recipiente y empezó a
lavarles los pies a sus discípulos” (Jn 13,
4s) - y sabemos que Judas estaba entre ellos.
Y enseguida una segunda advertencia ante los doce: “Os
aseguro que uno de vosotros me va a entregar... El Hijo
del Hombre se va como está escrito de él;
pero ay del que va a entregar al Hijo del Hombre, más
le valdría no haber nacido”. Y cuando Judas
le pregunta, si está hablando de él, Jesús
se lo confirma. Y, finalmente cuando Judas consuma su traición
con un beso, el Señor le pregunta: “Amigo, ¿a
qué vienes? ¿Con un beso traicionas al Hijo
del Hombre?” (Mt 26, 40; Lc 22, 48). Hasta el final,
Jesús lo considera amigo...
Por una parte, Jesús -por todos los medios- trata
de salvar a Judas, de detenerlo a tiempo. Por otra parte,
quiere aceptar y cumplir la voluntad del Padre en todo.
Queridos hermanos, ¿Y nosotros? ¿Tenemos
motivos para indignarnos contra Judas, motivos de condenarlo?
Reflexión
Nosotros somos cristianos debemos de formarnos bien y
seguir e intentar luchar por el camino. No tengamos en
cuenta ni de pensar en hacer daño a nadie. No traicionemos
a Jesús, ni a nadie ni traicionas al hermanos me
estas traicionando a mí. No seamos Judas; seamos
claros, transparentes sinceros abiertos al Amor. Amemos
de verdad a los que nos odian a los que no nos gustan estemos
con Jesús, Jesús quiere que seamos personas
y lo mejor para cada uno.
3ª ESTACIÓN:
JESÚS ES ABANDONADO POR LOS SUYOS
Mateo 26,31,35-56b
Cuando Jesús terminó de
decir todas estas palabras, dijo a sus discípulos:
26:2 "Ya saben que dentro
de dos días se celebrará la Pascua
y el Hijo del hombre será entregado para
ser crucificado". 26:3 Entonces los sumos
sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron
en el palacio del Sumo Sacerdote, llamado Caifás,26:4
y se pusieron de acuerdo para detener a Jesús
con astucia y darle muerte.26:5 Pero decían: "No
lo hagamos durante la fiesta, para que no se produzca
un tumulto en el pueblo".
Reflexión
Jesús hacer entregado para
ser crucificado, por el Sumo Sacerdote, llamado
Caifás. Si a nosotros nos crucificaran que
mal nos sentaría, como nos sentiríamos
cada uno de nosotros saber que íbamos a
morir de esa manera, pues con el pecado es como
si estuviéramos entregando a Jesús
para la Cruz. No demos muerte a nadie No crucifiquemos
detengámonos un poco meditemos para que
desaparezcan nuestras propias cruces.
4ª ESTACIÓN:
JESÚS ES CONDENADO POR EL SANEDRIN
Mateo 26,59-67
Los príncipes de los sacerdotes
y todo el Sanedrín buscaban un falso testimonio
contra Jesús para darle muerte; pero no
lo encontraban a pesar de los muchos falsos testigos
presentados. Por último, se presentaron
dos que declararon: Este dijo: Yo puedo destruir
el Templo de Dios y edificarlo de nuevo en tres
días. Y, levantándose, el Sumo Sacerdote
le dijo: ¿Nada respondes? ¿Qué es
lo que éstos testifican contra ti? Pero
Jesús permanecía en silencio. Entonces
el Sumo Sacerdote le dijo: Te conjuro por Dios
vivo a que nos digas si tú eres el Mesías,
el Hijo de Dios. Jesús le respondió:
Tú lo has dicho. Además os digo que
en adelante veréis al Hijo del Hombre sentado
a la diestra del Poder y venir sobre las nubes
del cielo.
Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus
vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad
tenemos ya de testigos? Ya lo veis, acabáis
de oír la blasfemia: ¿Qué os
parece? Ellos contestaron: Es reo de muerte. (cf
Mc 14,53-65; Lc 22,54-55. 63-71; Jn 18,12-14. 19-24).
Reflexión
No clasifiquemos a nadie; si alguna persona
no nos cae bien, o estamos enfadados no la distinguimos
por nada ni por nadie, siempre pedir rezar, no a la blasfemia,
a la soberbia, no hagamos juicios malos sed siempre y hablar
bien de la gente por muy mala que sea. Buscar la verdad;
id siempre con la verdad la mentira no trae nada bueno
consigo. No juzguemos sin fundamento, no juzgar y no seréis
juzgados dice el Señor.
5ª ESTACIÓN:
JESÚS ES NEGADO POR PEDRO
Mateo 26,69-75
Entre tanto, Pedro estaba sentado
fuera, en el atrio; se le acercó una sirvienta
y le dijo: Tú también estabas con
Jesús el Galileo. Pero él lo negó delante
de todos, diciendo: No sé, de qué hablas.
Al salir al portal le vio otra vez y dijo a los
que había allí: Este estaba con Jesús
el Nazareno. De nuevo lo negó con juramento:
No conozco a ese hombre. Poco después se
acercaron los que estaban allí y dijeron
a Pedro: Desde luego tú también eres
de ellos, pues tu habla lo manifiesta. Entonces
comenzó a imprecar y a jurar: No conozco
a ese hombre. Y al momento cantó el gallo.
Y Pedro se acordó de las palabras que Jesús
habla dicho: Antes de que cante el gallo, me negarás
tres veces". Y, saliendo afuera, lloró amargamente.
Reflexión
Pedro había estado con Jesús desde el principio, desde
ese encuentro junto al mar de Galilea, que habla cambiado su vida. Y
lo quería de verdad. Era un hombre sencillo y apasionado; entonces, ¿por
qué niega a su maestro? Pedro, el impulsivo, el que sabe sacar
la espada en un momento delicado, no sabe medir sus palabras, y alardea
de que nunca le abandonará: "aunque todos te nieguen, yo
no lo haré". Pedro confía más en si mismo que
en el Señor, se apoya en sus propias fuerzas, y cuando fallan,
se desmorona. Ha entrado en juego la soberbia, se ha fiado más
de si mismo que de la palabra de Jesús. Por eso, cuando llega
la hora de la verdad, se deja llevar por el miedo a quedar mal ante los
demás, por los respetos humanos, y surge la cobardía, el
miedo, y la traición.
Confiad en el Señor, no
seamos cobardes imitemos a Jesús en esta
estación; defendamos la palabra de Dios
demos ejemplo y procuremos no traicionar. No tengáis
miedo. Conozcamos más a Jesús acerquémonos
más a Él procuremos evitar la ocasión
de apartarnos de él por medio de las negaciones,
la soberbia etc.
6ª ESTACIÓN:
JESÚS ES JUZGADO POR PILATO
Mateo 27,11-21
Y Jesús compareció delante
del gobernador, y éste le interrogó,
diciendo: ¿Eres tú el Rey de los
judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo
dices. Y al ser acusado por los principales sacerdotes
y los ancianos, nada respondió. Entonces
Pilato le dijo: ¿No oyes cuántas
cosas testifican contra ti? Y Jesús no le
respondió ni a una sola pregunta, por lo
que el gobernador estaba muy asombrado. Ahora bien,
en cada fiesta, el gobernador acostumbraba soltar
un preso al pueblo, el que ellos quisieran. Y tenían
entonces un preso famoso, llamado Barrabás.
Por lo cual, cuando ellos se reunieron, Pilato
les dijo: ¿A quién queréis
que os suelte: a Barrabás o a Jesús,
llamado el Cristo? Porque él sabía
que le habían entregado por envidia. Y estando él
sentado en el tribunal, su mujer le mandó aviso,
diciendo: No tengas nada que ver con ese justo,
porque hoy he sufrido mucho en sueños por
causa de Él. Pero los principales sacerdotes
y los ancianos persuadieron a las multitudes que
pidieran a Barrabás y que dieran muerte
a Jesús. Y respondiendo, el gobernador les
dijo: ¿A cuál de los dos queréis
que os suelte? Y ellos respondieron: A Barrabás.
Reflexión
La misión recibida está siempre
por encima del poder del mundo por más que este
enseñe sus armas. Es justamente la visibilidad de
la inferioridad de los corderos lo que hace posible que
su victoria asombre al mundo entero. Comprenden que su
fuerza es de Dios y no de ellos.
Señor que todo el empeño de nuestra satisfacción consista
en vecen el mal por el bien.; podamos eliminar los rencores de esta vida.
7ª ESTACIÓN:
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE
Mateo 27,22-26
Pilato les dijo: ¿Qué haré entonces
con Jesús, llamado el Cristo? Todos dijeron: ¡Sea
crucificado! Y Pilato dijo: ¿Por qué? ¿Qué mal
ha hecho? Pero ellos gritaban aún más,
diciendo: ¡Sea crucificado! Y viendo Pilato
que no conseguía nada, sino que más
bien se estaba formando un tumulto, tomó agua
y se lavó las manos delante de la multitud,
diciendo: Soy inocente de la sangre de este justo
; ¡allá vosotros! Y respondiendo todo
el pueblo, dijo: ¡Caiga su sangre sobre nosotros
y sobre nuestros hijos! Entonces les soltó a
Barrabás, pero a Jesús, después
de hacerle azotar, le entregó para que fuera
crucificado.
Reflexión
El pueblo condeno a Jesús
de unas culpas que no había cometido que
era inocente y lo mandaron crucificar.
La actitud de Pilato no fue buena fue un cobarde se quitó del medio lavándose
las manos en lugar de defenderlo hasta el final para que fuese liberado.
8ª ESTACIÓN:
JESÚS ES AZOTADO Y CORONADO DE ESPINAS
Mateo 27,27-31
Los soldados del gobernador llevaron
a Jesús al palacio y reunieron a toda la
tropa alrededor de él. Le quitaron la ropa
y le pusieron un manto de color escarlata. Luego
trenzaron una corona de espinas y se la colocaron
en la cabeza, y en la mano derecha le pusieron
una caña. Arrodillándose delante
de él, se burlaban diciendo:
¡Salve, rey de los judíos!
Y le escupían, y con la
caña le golpeaban la cabeza. Después
de burlarse de él, le quitaron el manto,
le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para
crucificarlo.
Reflexión
Que todos los judíos se
reían de Él; le insultaban y le decían
Sálvate Rey de los Judíos. Y lo llevaron
para crucificarlo; se humilló ante los judíos
sufriendo, padeciendo se entregó a la muerte
para darnos a entender y demostrarnos que después
de padecer y sufrir tanto, viene la muerte y después
la Salvación.; por tanto intentemos padecer
y estar dentro de Jesús en estos momentos.
9ª ESTACIÓN:
JESÚS AYUDADO POREL CIRINEO A LLEVAR LA CRUZ
Lucas 23,26-31
Y llevándole, tomaron á un
Simón Cireneo, que venía del campo,
y le pusieron encima la cruz para que la llevase
tras Jesús. Y le seguía una grande
multitud de pueblo, y de mujeres, las cuales le
lloraban y lamentaban. Más Jesús,
vuelto a ellas, les dice: Hijas de Jerusalén,
no me lloréis á mí, mas llorad
por vosotras mismas, y por vuestros hijos. Porque
he aquí vendrán días en que
dirán: Bienaventuradas las estériles,
y los vientres que no engendraron, y los pechos
que no criaron. Entonces comenzarán a decir
a los montes: Caed sobre nosotros: y á los
collados: Cubridnos. Porque si en el árbol
verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se
hará?
Reflexión
Ayudemos a los demás a llevar sus
cruces; compartir las penas, los sufrimientos, los problemas
para que sea más llevadero. No nos apaguemos por
tanto acojamos la cruz con cariño, con amor, paciencia,
porque después viene nuestras cosas buenas.
10ª ESTACIÓN:
JESÚS ES CRUCIFICADO
Mateo 27,33-40
Llegados a un lugar llamado Gólgota,
esto es, "Calvario", le dieron a beber
vino mezclado con hiel
Una vez que le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echando a suertes.
Y se quedaron sentados allí para custodiarle. Sobre su cabeza
pusieron, por escrito, la causa de su condena: "Este es Jesús,
el rey de los judíos."Y al mismo tiempo que a él crucifican
a dos salteadores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los que pasaban
por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo:
"Tú que destruyes
el Santuario y en tres días lo levantas, ¡sálvate
a ti mismo, si eres hijo de Dios, y baja de la
cruz!"
Reflexión
Nos encontramos a Jesucristo Crucificado Que
fea y fuerte tuvo que ser y que mal lo pasaría,
si nosotros nos crucificaran ¿Podríamos
soportar esa cruel muerte.? Pensemos en esta estación
lo mal que lo pasaría, nosotros lo crucificamos,
con nuestros propios pecados, cada vez que cometemos
algún pecado es como si le claváramos
clavos en sus manos y en sus pies, es decir los
pecados son los clavos de Jesús.
La crucifixión implicaba
subir al condenado a un poste, algún tipo
de marco o andamio, o un árbol natural,
lo que le exponía a la vista y escarnio
públicos. En muchos casos la persona era
ejecutada a través de otros medios y entonces
se izaba la totalidad o parte del cuerpo (generalmente
la cabeza). En otras circunstancias era el medio
real de ejecución.
Debido al efecto de la crucifixión
en el cuerpo y al largo período que solía
transcurrir antes de la muerte, era la forma más
dolorosa, cruel y bárbara de ejecución, cuyas
raíces se pierden en la historia. De una u otra
forma se sabe que la practicaron muchos grupos (como indios,
escitas, celtas, germanos, británicos y taurios),
pero se la asocia más con los persas, cartagineses,
fenicios, griegos, y en especial con los romanos. Algunas
evidencias sugieren que puede haber sido tanto un sacrificio
humano religioso, como un medio de castigo.
Las formas más antiguas probablemente implicaban
empalar al condenado en un solo poste, o suspenderlo de él
sujetando la cabeza entre una "Y" en un extremo
de la instalación. En tiempos neotestamentarios
parece haber habido diferentes "cruces" comúnmente
usadas por los romanos. Además del poste único
(crux simplex), muchas implicaban el uso de al menos dos
piezas separadas de madera que formaban un marco. Pero
la crucifixión daba a los verdugos oportunidad de
emplear su más cruel y sádica creatividad:
de vez en cuando se colgaba a las víctimas en posiciones
grotescas por una variedad de medios. Las dos formas de
cruz más probablemente empleadas para la ejecución
de Jesús son la de San Antonio (crux commissa),
en forma de T, o la cruz latina (crux immissa), en la que
la pieza vertical se fija sobre la horizontal (patibulum),
por encima de la cabeza de la víctima; la afirmación
de Mat. 27:37 (cf. Lucas 23:38) de que la inscripción
fue colocada "por sobre la cabeza", y la tradición
más antigua, apoyan que se tratara de esta última.
11ª ESTACIÓN:
JESÚS PROMETE SU REINO AL BUÈN
LADRON
Lucas 33,39-43
Uno de los malhechores que estaban
colgados allí le injuriaba, diciendo: "¿Tu
eres el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo
y a nosotros! Pero el otro contestó y, reprendiéndole,
le dijo: "¿Ni aun así temes
a Dios, tú que sufres la misma condena?
Nosotros sufrimos justamente, porque recibimos
lo que merecemos por nuestros hechos; pero este
hombre no ha hecho nada malo" Y decía: "Jesús,
acuérdate de mí cuando esté en
tu reino" Y Jesús le dijo: "En
verdad os digo que hoy mismo estarás conmigo
en Paraíso".
Reflexión
En el Evangelio de Lucas que nos
presenta esta estación a Cristo y a el buen
Ladrón.; que tienta a Jesús para
que baje de la Cruz y que se salve a sí mismo;
este no tenia temor de Dios, no temía a
nadie; al final este buen Ladrón recapacita
y le dice Jesús acuérdate de mi cuando
vengas en tu reino. Tengamos temor a Dios, confiemos
en Él amémosle, y que cuando nos
pasen cosas y suframos nos vallamos al Trono de
la Gracia.
12ª ESTACIÓN:
JESÚS EN LA CRUZ, LA MADRE Y EL DISCÍPULO
Jn19, 25,27
Estaban junto a la cruz de Jesús
su madre, y la hermana de su madre, María
mujer de Cleofás, y María Magdalena.
19:26 Cuando vio Jesús a su madre, y al
discípulo a quien él amaba, que estaba
presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu
hijo.19:27 Después dijo al discípulo:
He ahí tu madre. Y desde aquella hora el
discípulo la recibió en su casa.
Reflexión
Cuanto no pasaría la Virgen
María de ver a su Hijo Jesús morir
y en la Cruz, el amor ha sido derramado ha sido
volcado en la virgen y en toda la humanidad. ¿Por
qué no se salvaría Jesús y
lo hubiera matado a todos los que se metieron con Él?
Entonces hubiera cambiado todo, Tenía que
ser las cosas así.
La escena que nos presenta Juan
en su evangelio, es muy simple y corta en detalles,
sin embargo la profundidad de lo que está diciendo
trasciende toda la historia. A veces pienso cómo
hubiera sido nuestra relación con Dios si
esto que acabamos de escuchar no hubiera sucedido.
María sería la madre de Jesús y todos
los títulos que quisiéramos ponerle, pero
no podríamos decir que también es nuestra
madre. A lo mejor es un poco exagerado lo que expongo,
pero ciertamente estaríamos huérfanos de
madre del cielo. Y seguramente nuestra creencia y relación
con Dios no se vería afectada. Pero el caso es que
sucedió como nos lo cuenta el evangelista, y el
gesto de Jesús con su discípulo y madre nos
abre una nueva dimensión. Es verdad que tampoco
dijo: María, te nombro madre de todo el mundo, pero
entendemos que en la persona de Juan estamos todos. Y esto,
que es muy lindo pensarlo, nos da ciertos derechos, por
llamarlo de alguna manera, pero al mismo tiempo nos da
cierta responsabilidad.
Si pensamos en los derechos (es lo que siempre tenemos
presente a la hora de cualquier reclamo), bien podríamos
decir que como hijos tenemos derecho al cuidado y protección
de nuestra madre celestial. También podemos ir a
pedirle lo que necesitemos. Pero si nos pasamos a las responsabilidades,
podríamos pensar que es nuestro deber el portarnos
en correspondencia al título de hijos de Dios e
hijos de María. Es necesario el respeto debido y
el no olvidarla. Y, por qué no, dar pruebas de tal
filiación, que se hace adoptando las características
y actitudes que ella encarna. Deberíamos pensar
en amar sin medida, en entrega sin mezquindades, en hacer
la voluntad de Dios, en ser generosos con nuestra vida,
en esperarlo todo del Señor, en ser servidores por
excelencia. Será necesario tener un espíritu
alegre en Dios, y no perder la esperanza, saber adaptarnos
a los tiempos de Dios, aunque no entendamos bien el por
qué, pero sobre todo amar, con la profundidad con
que ella lo hace, a Dios y al prójimo. Entonces
sí, podremos pensar en volver realidad el lema que
hoy convoca a todos los peregrinos que se dirigen a Luján: «Madre,
enséñanos a trabajar por la justicia».
13ª ESTACIÓN:
JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Mateo 27,27,45-54
Y desde la hora sexta hubo tinieblas
sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Cerca de la hora nona, Jesús
clamó a gran voz, diciendo: Elí,
Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me
has desamparado? Algunos de los que estaban allí decían,
al oírlo: A Elías llama éste.
Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una
esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola
en una caña, le dio a beber. Pero los otros
decían: Deja, veamos si viene Elías
a librarle. Mas Jesús, habiendo otra vez
clamado a gran voz, entregó el espíritu.
Y he aquí, el velo del
templo se rasgó en dos, de arriba abajo;
y la tierra tembló, y las rocas se partieron;
y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de
santos que habían dormido, se levantaron;
y saliendo de los sepulcros, después de
la resurrección de él, vinieron a
la santa ciudad, y aparecieron a muchos. El centurión,
y los que estaban con él guardando a Jesús,
visto el terremoto, y las cosas que habían
sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron:
Verdaderamente éste era Hijo de Dios.
Reflexión
¿Cuál es el significado
de estos hechos?
La muerte de Jesús proveyó la
base para llevar a los creyentes del Antiguo Testamento
a la presencia de Dios. Antes de la muerte de Cristo,
los creyentes evidentemente iban a un lugar consciente
de espera. Jesús lo llamó “el
seno de Abraham” (Lucas 16:22). Ellos no
podían ir a la presencia de Dios porque
sus pecados no habían sido pagados. 1Pe
4:6 parece indicar que Jesús inmediatamente
después de su muerte, proclamó su
obra de perdón a creyentes muertos y los
llevó a la presencia de Dios. Esta aparición
fue otra forma en que Dios comunicó esto.
La resurrección de Jesús es la base de la
resurrección de todos los creyentes a su retorno.
La resurrección de esos santos, poco después
de la resurrección de Jesús tres días
más tarde, fue el cumplimiento de la fiesta de las
primicias del A.T. (Lev. 23:10-14).Como evidencia de la
proximidad de la gran cosecha, las personas debían
traer un puñado de gavilla como primicia de los
primeros frutos al sacerdote. La resurrección de “esta
gavilla” de creyentes, que ocurrió después
que Jesús fue resucitado, era la evidencia de la
cosecha que vendrá cuando todos los creyentes en
Jesús sean resucitados (1Cor 15:20,23)
La Respuesta del Centurión (Mateo 27:54)
Leamos Mateo 27:54. Quizás Lucas entrevistó a
este soldado (ver Lucas 1:2). Esto explicaría la
información extra en Lucas 23:27-43.
El centurión vio la oscuridad intensa y el temblor.
El se dio cuenta de que eran testimonio de la grandeza
de Jesús. También fue impactado por la forma
en que murió Jesús (Marcos 15:39) incluyendo
lo que dijo en la cruz (“Dios mío...”tetelestai”,…en
tus manos...”): Pero él sabía más
que eso. El escuchó bien el juicio ante Pilato y
entendió el clamor de Jesús de ser el Hijo
de Dios. El escuchó a los religiosos que se burlaban
de Él que proclamaba ser el Hijo de Dios. Estos
hechos le convencieron en ese momento. El fue el comienzo
del cumplimiento de la predicción de Jesús: “Yo,
al resucitar, atraeré a todas las personas a mí”. ¡Aquí estaba
un Pagano creyendo en el Cristo crucificado!
Tú has oído esta proclamación, tú has
visto evidencia de esto (vidas cambiadas; toda la Biblia;
material apologético, etc.), probablemente mucho
más que este centurión. ¿Cuál
es tu decisión? Será la decisión más
importante que jamás hayas hecho...
14ª ESTACIÓN:
JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y SEPULTADO
Mateo 27,57-60
Cuando llegó la noche, vino un hombre rico
de Arimatea, llamado José, que también
había sido discípulo de Jesús.
27:58 Este fue a Pilato y pidió el cuerpo
de Jesús. Entonces Pilato mandó que
se le diese el cuerpo. 27:59 Y tomando José el
cuerpo, lo envolvió en una sábana
limpia, 27:60 y lo puso en su sepulcro nuevo, que
había labrado en la peña; y después
de hacer rodar una gran piedra a la entrada del
sepulcro, se fue.
Reflexión
En la capilla del Santo Sepulcro, una escalera
muy gastada baja a lo profundo de una cueva cavada
en la peña donde se halla abierto un gran
sepulcro de 8 metros de longitud... ¡es el
lugar del sepulcro de Jesús!
Unas mil tumbas de aquella época fueron halladas en Palestina,
todas ellas necrópolis; tumbas de familias. Pero ésta es
una tumba individual. Según la descripción de los Evangelios,
Jesús fue el primero en ser enterrado en una gran cámara
mortuoria.
XIX.) TÁCITO
MENCIONA A “CRISTO”
En tiempos antiguos se hizo repetidamente
esta pregunta: ¿Cómo es posible que,
fuera de los Libros del Nuevo Testamento, ningún
comunicado contemporáneo dé razón
de los sucesos de aquellos días? “La
Historia Universal no da noticia alguna sobre Él
(Jesús de Nazaret) — escribe el profesor
Martin Noth en su notable Historia de Israel—.
Durante unos instantes su presencia había
excitado las conciencias en Jerusalén; después,
este episodio quedó relegado al pasado y
las gentes tenían cosas, al parecer, más
importantes en que ocuparse. Y sin embargo allí se
tomó una última y definitiva decisión
en la historia de Israel. Sólo cuando sus
partidarios se dieron a conocer al mundo, se empezó a
mencionar su nombre.”
Flavio Josefo en las Antigüedades judaicas, que escribió en
los últimos decenios del primer siglo después
de J.C., al citar la primera comunidad cristiana de Jerusalén,
habla de “Jesús llamado el Mesías” 8.
También el historiador romano Tácito menciona
especialmente a Jesús en los Anales 9 para explicar
el nombre de “christiani”; dice así: “Cristo,
de quien se deriva su nombre, fue condenado a muerte en
tiempos del cesar Tiberio por el procurador Poncio Pilato.”
XX.) EL TESTIMONIO DE SUETONIO
Gaio Suetonio Suetonio fue uno de los grandes historiadores
de la época romana, nació el año 69,
recibió una esmerada educación que le llevó a
ejercer como abogado durante el reinado de Trajano mientras
que con Adriano formó parte de la burocracia imperial.
Muy interesado por la cultura griega, aprendió a
la perfección esa lengua, dedicándose a la
investigación. Realizó compendios de ciencias
naturales y de biografías -que por desgracia se
han perdido- siendo su obra más famosa la "Vida
de los doce césares" donde narra las biografías
de los emperadores desde Julio César hasta Domiciano,
empleando un estilo analítico y fluido. Suetonio
describe un movimiento mesiánico durante el reinado
de Claudio, que fue emperador de Roma desde el año
41 al 54. De él dice Suetonio en su libro Los Doce
Césares: “Los judíos que, a causa de
un tal Cristo, metían mucho ruido, fueron arrojados
por él de Roma.” El escritor Orosius refiere
que esa expulsión tuvo lugar en el año 9.° del
imperio de Claudio, es decir, en el año 49 después
de J.C., lo cual demuestra que, no más tarde de
15 a 20 años después de la crucifixión,
ya existía en Roma una comunidad cristiana.
15ª ESTACIÓN:
LA RESURRECCIÓN DE JESÚS
Mateo 28,1-7
Pasado el día de reposo,
al amanecer del primer día de la semana,
vinieron María Magdalena y la otra María,
a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque
un ángel del Señor, descendiendo
del cielo y llegando, removió la piedra,
y se sentó sobre ella. Su aspecto era como
un relámpago, y su vestido blanco como la
nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron
y se quedaron como muertos. Mas el ángel,
respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis
vosotras; porque yo sé que buscáis
a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí,
pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar
donde fue puesto el Señor. E id pronto y
decid a sus discípulos que ha resucitado
de los muertos, y he aquí va delante de
vosotros a Galilea; allí le veréis.
He aquí, os lo he dicho.
Reflexión
Esta última estación
yo la consideraría como destacada por su
mayor importancia. JESÚS ha muerto, ha vencido
a la muerte Ha resucitado y está con todos
nosotros, está vivo, palpable, dejemos que
siga vivo en nuestras vidas, en nuestros corazones.
Nos da nuestra propia Resurrección, creo
que esto es difícil de entender, por ejemplo
uno está aquí en la vida, luchando,
pasando, lo más lo menos pero en el momento
en que uno muere ahí está la resurrección
de cada uno.
Alegrémonos por Cristo,
nuestro Salvador, nuestro mejor Amigo, que ya ha
triunfado. Ya ha dejado de sufrir. Ya vive glorioso,
para siempre. Con corazón noble y generoso
nos alegramos, sobre todo, por El. Porque se lo
merece. Porque ha estado grande con nosotros, magnífico.
Porque pasó toda su vida haciendo el bien
y murió pudiendo decir: “Misión
cumplida”. Nos alegramos sinceramente de
que El ya pueda descansar junto al Padre. Se lo
merece. Nadie nos ha amado como El. Nadie ha sido
tan bueno y generoso como El. Y nos alegra sinceramente
que El ya descanse, que sea feliz junto al Padre.
Se lo merece.
Cristo ha resucitado. La Iglesia lo anuncia muchas veces
durante esta Vigilia Pascual y no se cansará de
repetirlo durante estos días de Pascua. Por todas
partes hace resonar sus aleluyas, expresión de alabanza
a Dios, pero también de euforia, de alegría,
de entusiasmo. ¡Aleluya!. La Iglesia está desbordante
de gozo y por eso se pone a cantar. Necesita desahogar
de mil maneras su alegría, su felicidad: Jesús
ha resucitado. “Surrexit Dominus vere, alleluia”.
El Señor ha resucitado. ¡De veras! Aleluya,
alegrémonos.