Este mes es un
mes especial dedicado a la Virgen María. La virgen
María se lo merece todo gracias a ella tuvo a Jesús “Salvador”,
que él nos trajo la Salvación, y por el tendremos
algún día Resurrección. La virgen
es la base fundamental; sin ella hoy en día no sería
nada ¿Que hubiera sido si no hubiese parido?. Con
que delicadeza hizo Dios que naciese ese HIJO. Que misterio
tan hermoso y tan bello, que no fue tocada por ningún
varón y María acepto el SI, el SI a todo;
amemos a María junto a Jesús, su Hijo, la
invoquemos con fe y confianza como intercesora y la descubramos
como modelo para nuestra vida. El Señor bendecirá el
esfuerzo en bien del pueblo cristiano.
Vayamos
descubriendo la durante todo este mes día a día, recemos le
cantemos le, pidamos le. Que nos lleve a Jesús.
Que nos fortalezca en la fe, esperanza y en el Amor.
Nos cambie nuestra vida, a una vida más sencilla,
humilde, Amorosa, de entrega a Dios.
Mayo es el mes
de las flores de la primavera. Muchas familias
esperan este mes para celebrar
la fiesta por la recepción de algún
sacramento de un familiar. También mayo
es el mes en el que todos recuerdan a su mamá “10
de Mayo” y las flores son el regalo más
frecuente de los hijos para agasajar a quien les
dio la vida.
Por otro lado, todos saben que este mes
es el ideal para estar al aire libre rodeado de la belleza
natural de nuestros campos. Precisamente por esto, porque
todo lo que nos rodea nos debe recordar a nuestro creador,
este mes se lo dedicamos a la más delicada de todas
sus creaturas: la Santísima Virgen María
alma delicada que ofreció su vida l cuidado y servicio
de Jesucristo nuestro redentor. Celebremos, invitando a
nuestras fiestas a María nuestra dulce madre del
Cielo.
¿Qué se
acostumbra hacer este mes?
Ofrecimiento de flores a la Virgen
Este es el mejor regalo que podemos hacerle a la Virgen.
Regalar flores es una manera que tenemos las personas para
decirle a alguien que la queremos mucho. A la Virgen le
gusta que le llevemos flores y, también, si se puede,
le podemos cantar sus canciones preferidas como las que
te sugerimos más adelante, en la página...
Este es el mejor regalo que podemos
hacerle a la Virgen. Regalar flores es una manera que tenemos
las personas para
decirle a alguien que la queremos mucho. A la Virgen le
gusta que le llevemos flores y, también, si se puede, le
podemos cantar sus canciones preferidas como las que te sugerimos
más adelante, en la página...
Para dar mayor solemnidad al Ofrecimiento, los
niños pueden ir vestidos de blanco, símbolo
de pureza.
Reflexionar
en los principales misterios de la vida de
María. Reflexionar implica hacer
un esfuerzo con la mente, la imaginación y,
también, con el corazón, para profundizar
en las virtudes que la Virgen vivió a lo largo
de su vida. Podemos meditar en cómo María
se comportó, por ejemplo:
Durante
la anunciación
visita a su Prima santa Isabel.
El Nacimiento de Cristo
La
Presentación del niño Jesús
en el Templo
El
niño Jesús
Perdido y hallado en el templo.
Las
bodas de Canaán
María
al Pie de la Cruz.
Reflexionar
sobre las principales virtudes de la Virgen
María
Virgen María era una mujer humilde,
es decir sencilla, era generosa, se olvidaba
de si misma para darse a los demás,
tenía gran caridad, amaba y ayudaba
a todos por igual, era servicial, atendía
a José, y a Jesús con Amor, vivía
con alegría, era paciente con su familia,
sabia aceptar la voluntad de Dios en su vida.
Vivir una devoción real y verdadera
a María.
Contarle todo a María, lo bueno lo malo.
Demostrarle nuestro cariño. Hacer lo que
ella espera de nosotros y recordarla a lo largo
del día confiar plenamente en ella; todas
las gracias que Jesús nos da pasan por las
manos de María, y es ella quien intercede
ante su Hijo por nuestras dificultades. Imitar
sus virtudes: Esta es la mejor manera de demostrarle
nuestro amor.
¿Quién
es la Virgen María?
La virgen María es madre de Dios y madre
nuestra.
Véase este enlace que trata sobre la Virgen
María de donde proceden sus raíces.
Madre de Jesús. Los evangelios sólo
aportan, respecto a María, los datos fundamentales
y algunas anécdotas. Consta que antes y
después del nacimiento de Jesús vivió en
Nazaret, pequeña ciudad de Galilea y que,
según la ley, estuvo casada con José,
artesano, de la familia de David. María
acompañó a Jesús durante su
ministerio de un lugar a otro, junto con las mujeres
que le acompañaron desde Galilea y los "cuatro
hermanos de Jesús": Santiago, José,
Simón y Judas, hijos de María y de
Cleofás
Tanto
María como los cuatro hermanos fueron
rodeados de una atmósfera de veneración
que siguió en aumento, puesto que María
cumplía de modo convincente las condiciones
propias de los ciudadanos del reino. Como ejemplo
del recuerdo que los primeros discípulos
conservaban de María se encuentran las
palabras que se colocan en boca de Isabel: "Bienaventurada
tú que has creído" (Oc. 1,45).
Tiene también un recuerdo vivo la frase
de Lucas: "María conservaba todos
esos recuerdos, meditándolos en su corazón" (Lc.
2, 19).
María
estuvo al pie de la cruz y fue testigo de la resurrección.
Su mención en el cenáculo (Act. 1,14)
junto con los doce apóstoles, las demás
mujeres y los "hermanos de Jesús",
es el inicio de una presencia viva y constante en
el seno de la iglesia primitiva. La comunidad de
Jerusalén honró también a María
como "Madre del Señor", título
con el que hacían participar a María
de la gloria de Jesús e iniciaban con ello
el proceso de reflexión teológica en
torno a lo que ha venido a llamarse "las glorias
de María".
Desde el
punto de vista de la fe cristiana, la figura de
María tiene una relevancia singular,
creciente a lo largo de los siglos. Por lo que se refiere
al Antiguo Testamento, la tradición ha señalado
numerosos textos en los que se encuentran anuncios
proféticos sobre María. Un pasaje que
ha tenido suma trascendencia es la profecía
del Emmanuel (Is. 7,14). En ella Isaías anuncia
como signo divino el alumbramiento por parte de una
doncella (hebreo almah y griego parthénos),
en el que la iglesia ve el anuncio de la Madre del
Mesías y de su virginidad.
En el Nuevo Testamento, las narraciones de la infancia
de los Evangelios de San Mateo y San Lucas recogen las
enseñanzas acerca de la concepción virginal
y el nacimiento de Jesús, transmitidas en la primitiva
comunidad cristiana. Narra San Mateo que María concibe
virginalmente al Mesías cumpliéndose así la
profecía del Emmanuel. "Habiendo concebido
por obra del Espíritu Santo, da a luz (continúa
diciendo el envangelista) a un hijo a quien se pone por
nombre Jesús, Salvador " (Mt. 1, 20-25).
En San Lucas la concepción
virginal y la maternidad mesiánica y divina
de María se describen en el marco narrativo
de la Anunciación como obra del Espíritu
Santo (Lc, 1, 26-35). Lucas presenta a la Virgen
como figura central del evangelio de la infancia,
unida, por tanto, al nacimiento de Cristo; y
vuelve a subrayar su presencia en los hechos
de los apóstoles al narrar la vida naciente
de la iglesia. San Juan describe su presencia
en Caná, interviniendo activamente en
el primero de los milagros realizados por Cristo,
y al pie de la cruz.
Algunos autores cristianos reflexionaron sobre
la significación de María en
el conjunto del misterio de la salvación
y en su relación con Cristo, su hijo.
Así, San Ignacio de Antioquía
(siglo II) indagó en el misterio de
Jesús nacido de María, mientras
que San Justino defendió la concepción
virginal de María y San Ireneo propuso
un paralelismo entre las figuras de Eva-María
y Adán-Cristo.
También a mediados del siglo II aparecieron unos
textos apócrifos como el Protoevangelio de Santiago
donde se contaba la vida de María, desde la de sus
padres Joaquín y Ana hasta después del nacimiento
de Jesús. En otros textos (Transitus) se explicaba
la muerte de María y su asunción en cuerpo
y alma a los cielos.
Desde los siglos IV-V se consideró a
María como el modelo perfecto de fe y santidad a
imitar por las vírgenes cristianas, según
la doctrina elaborada por los grandes doctores de la Iglesia
(Atanasio, Jerónimo, Ambrosio, Agustín).
En 431, el Concilio de Éfeso reconoció a
María como Madre de Dios, confirmando así la
creencia de muchos fieles que ya desde mucho antes intercedían
ante ella.
Para
los Padres de la Iglesia era un tema de discusión la perpetua virginidad de María
y su santidad personal. Progresivamente llegó a
imponerse la idea de una virginidad "antes
del parto, en el parto y después del parto" y
de una total exención de pecado. La perpetua
virginidad quedó definida en el concilio
de Letrán (649 a.C.) y en la epístola
dogmática del papa Agatón (680
a.C.). El concilio de Trento, por su parte, sancionó (1547)
su total exención del pecado.
Después de siglos de discusión
entre las escuelas, la Iglesia fue llegando a
la conclusión de que María había
sido redimida en atención a los méritos
de Cristo, pero que, desde el primer instante
de su ser se había visto libre de la mancha
original. Éste es el dogma de la Inmaculada
Concepción definido por Pío IX
en 1845. En la bula Munificentissimus Deus, Pio
XII definió en 1950 el dogma de la Asunción
o glorificación de María, es decir,
fue asumida en cuerpo y alma al cielo después
de su muerte sin conocer la corrupción
del sepulcro.
Significado de María
María o Míriam, es un nombre propio femenino
de origen hebreo, cuyo significado y
etimología son debatidos. Muchos consideran que
equivale a eminente o excelsa, pero se han propuesto otras
interpretaciones. Tanto María como Miriam son nombres
extendidos por todo el planeta, sobre todo en los países
de credo cristiano por haber sido el nombre de la madre
de Jesucristo, el Mesías, según el Nuevo
Testamento. La etimología de este nombre es discutida,
habiéndose llegado a proponer multitud de orígenes
y equivalencias.
Etimología
En su forma hebrea, Miriam está atestiguado en
el libro bíblico del Éxodo (puesto por escrito
hacia el siglo VI a. C.) como el nombre de la hermana de
Moisés y Aarón. La forma original es claramente
Mír-yam, pero de acuerdo con la ley de Philippi,
una /i/ tónica en sílaba trabada da lugar
a /a/, de donde deriva por ejemplo la forma aramea maryam
y de ahí las formas griega, latina y árabe.
Algunos investigadores proponen
una derivación de la raíz mrh que significa
'rebelarse', evocando las protestas de María
contra su hermano Moisés (Num 12, 1), si bien
el nombre es anterior a este suceso, ciertamente
menor. Otra hipótesis la vincula a la raízmra
que significa obesa y por extensión bella.4
Una etimología posterior, debida a los Padres
de la Iglesia, la vincula con el concepto de Señora
a partir del arameo mra, si bien los textos hebreos
no contienen el carácter alef.5 También
en hebreo existe la palabra mara(h), amargura, siendo
esta otra de las tantas etimologías propuestas.6
Una antigua etimología, recogida por escritores
eclesiásticos, vincula al nombre con el los
vocablos hebreos "mir", relacionado con
la luz y "yam"; mar. Miriam sería,
entonces, luz sobre el mar; de ahí el apelativo
latino, recogido por las letanías, Stella
Maris; "Estrella del Mar"
Sin embargo, y dado que estos personajes
son descritos como nacidos en Egipto (y siendo el
mismo Moisés
un nombre de ese origen), modernamente se ha especulado
con una raíz egipcia; así, Míriam
derivaría de mr: amor bajo la forma mry:
amada.
Petición a María
Madre mía Madre nuestra te pedimos en este día
9 de Mayo que nos aumentes la fe que haya más vocaciones
sacerdotales, que la Iglesia sea nuestra mejor herramienta
que nos apoyemos a ella, con seriedad, compartir y que
sepamos sacarle partida a ella.
Seamos coherentes Se aplica a la persona cuya forma de
pensar no se contradice con su forma de actuar. “actúo
como pienso. Amar a la Virgen, respetarla y quererla mucho.
Y por medio de la Virgen María pedirle para que
por intercesión de ella nos conceda las cosas “la
Gracia”.
Advocaciones
Definición
Son las distintas formas de nombrar o referirnos a la
Santísima Virgen. La Madre de Jesús es la
virgen María; y no hay nada más que una.
Los católicos solemos apodarla
de distintas maneras, según el lugar dónde
se halla instalada la devoción, o según
las circunstancias, si es una aparición ó se
la nombra Patrona etc.
De
esta manera, encontraremos que llamamos a María como "Nuestra Señora
del Rosario", Virgen de Lourdes, Virgen de Fátima,
Nuestra Señora de la Paz, Madre de la Eucaristía,
La Virgen del Carmen, La Virgen de la Medalla Milagrosa,
y cientos de formas más. Pero siempre nos
referimos a nuestra Santa Mamá del Cielo. ¿Qué niño
no ha llamado a su madre de cientos de maneras cariñosas?
Es por eso que no debemos confundirla, como si
se tratara de distintas personas o distintas santas.
Su celebración, en la mayoría
de los casos, se hace de forma conjunta, el día
8 de setiembre, el día que la Iglesia celebra
las apariciones de la Santísima Virgen en
los más celebres santuarios.
No hay más
que una Virgen Santísima. Se trata de María
de Nazaret, una mujer escogida por Dios para ser Su Madre.
La Virgen María, sin embargo, se ha querido dar
a conocer en cada pueblo de una manera muy íntima,
asumiendo en muchas instancias características de
la cultura y hasta de la raza. Así nos enseña
que ella, siendo Madre de Dios es también madre
de todos.
No se trata de una encarnación de la Virgen. Más
bien la Virgen, que está en cuerpo y alma en el
cielo, se aparece o nos obsequia con una imagen en la que
se adapta a cada pueblo para que la veamos como madre que
es. Es un gesto de gran delicadeza y cariño que
nos revela su entrañable amor maternal. La Virgen
es de todos y a todos llama a renunciar al pecado y abrir
el corazón a Jesucristo, única esperanza
de la humanidad.
Sugerencias
Animo a que durante este mes no acordemos de la Madre
de Dios y Madre nuestra; de una forma especial, rezando,
meditando y contemplemos el Santo Rosario. Por otro lado
referir que aunque no sea este mes. La tengamos presente
durante todo el año.
Mirarla tal cual es, pedirle de corazón. Nos ayude
en nuestro seguimiento. Vivir con fe y experimentar; no
nos olvidemos de Jesús, apoyémonos en Él.
Fortalezcámonos más en la fe seguir a Jesús
en la vida ordinaria.
Himno:
Venid y vamos todos
con flores a María,
con flores a María,
que madre nuestra es.
De nuevo aquí nos
tienes,
purísima doncella,
más que la luna bella
postrados a tus pies,
A ofrecerte venimos
flores del bajo suelo:
con cuanto amor y anhelo,
Señora tú lo ves.
Por ellas te rogamos,
si cándidas te placen,
las que en la gloria nacen
en cambio tu nos des.
También
te presentamos,
como más gratos dones,
rendidos corazones
que tu ya los posees.
Un punto no nos dejes,
que el alma pobrecilla,
cual frágil navecilla
sin ti diera al través.
Tu poderosa mano
defiéndanos señora;
y siempre, desde ahora,
a nuestro lado estés
María puente y camino busquemos
la presencia de Dios, busquemos a María, buscad
el rostro de Jesús. Que en los momentos de
adversidad nos unamos más estemos siempre
contigo y nos apoyémonos.
Vayamos al Sagrario. Hagámosle en vez en cuando alguna visita que otra.
Ir a las flores estemos allí pensemos lo bueno; lo malo que pasaron
Jesús y María, en su vida. Amémosla, brilla la claridad,
brilla la Luz. Participemos más en acudir al más necesitado,
demos limosna al que lo necesite .guiémonos por el Espíritu
Santo.