Resulta curioso que al buscar "la salette" en
Internet, aparezca en muchos sitios la profecía
con un pasaje molesto para los oídos modernos sustituido
por puntos suspensivos (...) Señalado en el texto
con negrita.
PROFECÍA DE LA VIRGEN DE LA SALETTE, FRANCIA (1846)
"
...llamo a los apóstoles de los últimos tiempos,
a los fieles discípulos de Jesucristo, a los que
han vivido con desprecio del mundo y de sí mismos,
en la pobreza y en la humildad, en el desdén y en
el silencio, en la oración y en la mortificación,
en la castidad y en la unión con Dios, en el sufrimiento
y desconocidos del mundo. Es tiempo ya que ellos salgan
y vengan a iluminar la tierra; id y mostraos como mis amados
hijos; yo estoy con vosotros y en vosotros, siempre la
fe sea la luz que os ilumine los días de infortunio.
Que vuestro celo os haga como hambrientos de la gloria
y el honor de Jesucristo. Combatid, hijos dela luz, vosotros,
los pocos que pueden ver, porque he aquí el tiempo
delos tiempos, el fin de los fines".
Melania: Esto que yo te voy a decir ahora no será siempre
secreto; puedes publicarlo en 1858.
Los Sacerdotes, Ministros de mi Hijo, los Sacerdotes, por
su mala vida, por sus irreverencias e impiedad al celebrar
los santos misterios por su amor al dinero, a los honores
y a los placeres, se han convertido en cloacas de impureza,
sí, los Sacerdotes piden venganza y la venganza
pende de sus cabezas. Ay de los sacerdotes y personas consagradas
a Dios que por sus infidelidades y mala vida crucifican
de nuevo a Mi Hijo! Los pecados de las personas consagradas
a Dios claman al Cielo y piden venganza, y he aquí que
la venganza está a las puertas, pues ya no se encuentra
nadie que implore misericordia y perdón para el
Pueblo; ya no hay almas generosas ni persona digna de ofrecer
la víctima sin mancha al Eterno a favor del mundo.
DIOS VA A CASTIGAR DE UNA
MANERA SIN PRECEDENTES. ¡Ay
de los habitantes de la Tierra! Dios va a derramar su cólera
y nadie podrá sustraerse a tantos males juntos.
Los jefes, los conductores del Pueblo de Dios, han descuidado
la oración y la penitencia, y el demonio ha oscurecido
sus inteligencias, se han convertido en estrellas errantes
que el viejo diablo arrastrará con su cola para
hacerlos perecer. Dios permitirá a la antigua serpiente
poner divisiones entre los soberanos, en todas las sociedades
y en todas las familias. Se sufrirán penas físicas
y morales. Dios abandonará a los hombres a sí mismos
y enviará castigos que se sucederán durante
más de 35 años.
La sociedad está en vísperas de las más
terribles calamidades y los más grandes acontecimientos.
Se verá obligada a ser gobernada por una vara de
hierro y a beber el cáliz de la cólera
de Dios.
Que el Vicario de Mi Hijo, el soberano Pontífice
Pio IX, no salga ya de Roma después del año
de 1859; pero que sea firme y generoso; que combata con
las armas de la fe y del amor. Yo estaré con él.
Que desconfíe de Napoleón, su corazón
es doble, y cuando quiera ser a la vez Papa y Emperador,
muy pronto se retirará Dios de él. Es esa águila
que queriendo siempre elevarse caerá sobre la espada
de la cual quería servirse para obligar a los
pueblos a ensalzarlo.
Italia será castigada por su ambición de
querer sacudir el yugo del Señor de los Señores;
también será entregada a la guerra. La sangre
correrá por todas partes. Las Iglesias serán
cerradas o profanadas. Los Sacerdotes y religiosos serán
perseguidos; se les hará morir, y morir con una
muerte cruel. MUCHOS ABANDONARÁN LA FE y el número
de Sacerdotes y religiosos que se separarán de la
verdadera religión será grande; entre estas
personas se encontrarán incluso Obispos.
Que el Papa se ponga en guardia contra los obradores
de milagros, pues ha llegado el tiempo en que los prodigios
más asombrosos tendrán lugar en la tierra
y en los aires.
En el año de 1864 Lucifer, con gran número
de demonios, serán desatados del Infierno. Abolirán
la fe poco a poco, aún entre las personas consagradas
a Dios; las cegarán de tal manera que, a menos de
una gracia particular, esas personas tomarán el
espíritu de sus malos ángeles: Muchas casas
religiosas perderán completamente la fe y perderán
a muchísimas almas.
Los libros malos abundarán en la Tierra y los espíritus
de las tinieblas extenderán por todas partes un
relajamiento universal en todo lo relativo al servicio
de Dios y obtendrán un poder extraordinario sobre
la naturaleza: Habrá Iglesias para servir a esos
espíritus. Habrá por todas partes prodigios
extraordinarios, porque la verdadera fe se ha extinguido
y la falsa luz alumbra al mundo. ¡Ay de los príncipes
de la Iglesia que se hayan dedicado únicamente
a amontonar riquezas sobre riquezas, poner en salvo su
autoridad
y a dominar con orgullo!
El Vicario de Mi Hijo tendrá mucho que sufrir, porque
por un tiempo la Iglesia será entregada a grandes
persecuciones. Esta será la hora de las tinieblas.
La Iglesia tendrá una crisis espantosa.
Dado el olvido de la Santa fe en Dios, cada individuo
querrá guiarse
por sí mismo y ser superior a sus semejantes (New
Age). Se abolirán los poderes civiles y eclesiásticos;
todo orden y toda justicia serán pisoteados; no
se verán más que homicidios, odio, envidia,
mentira y discordia sin amor por la patria y por la familia.
El Santo Padre sufrirá mucho. Yo estaré con él
hasta el fin para recibir su sacrificio. Los malvados atentarán
muchas veces contra su vida, sin poder poner fin a sus
días; pero ni él ni su sucesor verán EL TRIUNFO DE LA IGLESIA DE DIOS.
Los gobernantes civiles tendrán todos un mismo plan,
que será abolir y hacer desaparecer todo principio
religioso, para dar lugar al materialismo, al ateísmo,
al espiritismo y a toda clase de vicios.
En el año de 1865 se verá la abominación
en lugares santos, en los conventos, las flores de la Iglesia
estarán corrompidas y el demonio será como
el rey de los corazones. Que los que estén al frente
de las comunidades religiosas vigilen a las personas que
han de recibir, porque el demonio usará toda su
malicia para introducir en las órdenes religiosas
a personas entregadas al pecado, pues los desórdenes
y el amor de los placeres carnales se extenderán
por toda la Tierra.
Francia, Italia, España e Inglaterra estarán
en guerra; la sangre correrá por las calles; el
francés luchará contra el francés,
el italiano contra el italiano; enseguida habrá una
guerra universal que será espantosa. Por algún
tiempo Dios no se acordará de Francia ni de Italia,
porque el Evangelio de Cristo no es ya conocido. Los malvados
desplegarán toda su malicia, se matarán,
se asesinarán mutuamente aún dentro de
las casas.
Al primer golpe de su espada fulminante las montañas
y la naturaleza temblarán de espanto, porque los
desórdenes y los crímenes de los hombres
traspasan la bóveda de los Cielos. PARIS
SERÁ QUEMADO
Y MARSELLA ENGULLIDA. Varias grandes ciudades serán
sacudidas y engullidas por terremotos. Se creerá que
todo está perdido. No se verán más
que homicidios, no se verá más que ruido
de armas y blasfemias. Los justos sufrirán mucho;
sus oraciones, su penitencia y sus lágrimas subirán
hasta el Cielo y todo el Pueblo de Dios pedirá perdón
y misericordia e implorarán su ayuda e intercesión.
Entonces Jesucristo, por un acto de justicia y de su gran
misericordia con los justos, mandará a sus ángeles
que mueran todos sus enemigos. De golpe los perseguidores
de la Iglesia de Cristo y todos los hombres dados al pecado
perecerán y LA TIERRA
QUEDARÁ COMO UN DESIERTO.
Entonces será la paz, la reconciliación de
Dios con los hombres; Jesucristo será servido, adorado
y glorificado; la caridad florecerá en todas partes.
Los nuevos reyes serán el brazo derecho de la Santa
Iglesia que será fuerte, humilde, piadosa, pobre,
celosa e imitadora de las virtudes de Jesucristo. El Evangelio
será predicado por todas partes y los hombres harán
grandes progresos en la fe, porque habrá unidad
entre los obreros de Jesucristo, y los hombres vivirán
en el temor de Dios.
Esta paz entre los hombres no será larga: 25 años
de abundantes cosechas harán olvidar que los pecados
de los hombres son la causa de todos los males que suceden
en la Tierra.
Un precursor del anticristo, con sus tropas de muchas
naciones, combatirá contra el verdadero Cristo, el único
salvador del mundo; derramará mucha sangre y pretenderá aniquilar
el culto a Dios para ser tenido como un Dios.
La Tierra será castigada con todo género
de plagas; habrá guerras, hasta la última
que harán los diez reyes del anticristo, los cuales
tendrán todos un mismo plan, y serán los únicos
que gobernarán al mundo. Antes que eso suceda, habrá una
especie de falsa paz en el mundo; no se pensará más
que en divertirse; los malvados se entregarán a
toda clase de pecados; pero los hijos de la Santa Iglesia;
los hijos de la fe, mis verdaderos imitadores, creerán
en el amor de Dios y en las virtudes que me son más
queridas. ¡Dichosas las almas humildes guiadas por
el Espíritu Santo! Yo combatiré con ellas
hasta que lleguen a la plenitud de la edad.
La naturaleza clama venganza contra los hombres y tiembla
de espanto en espera de lo que debe suceder en la Tierra
encharcada de crímenes, temblad, Tierra y vosotros
que hacéis profesión de servir a Jesucristo
y que interiormente adoráis a vosotros mismos, temblad;
pues Dios va a entregarlos a sus enemigos, porque los lugares
santos están en la corrupción; muchos conventos
no son ya casa de Dios, sino pastizales de asmodeo.
Durante este tiempo NACERÁ EL ANTICRISTO, de una
religiosa hebrea, de una falsa Virgen, que tendrá comunicación
con la antigua serpiente, maestra de impureza. Su padre
será Obispo. Al nacer vomitará blasfemias,
tendrá dientes; en una palabra, será el demonio
encarnado, lanzará gritos espantosos, hará prodigios
y no se alimentará sino de impurezas. Tendrá hermanos,
que aunque no sean como él, demonios encarnados,
serán hijos del mal; a la edad de 12 años
llamará la atención por las ruidosas victorias
que alcanzarán. Bien pronto estará cada uno
en la cabeza de los ejércitos, asistidos por las
legiones del infierno.
Se cambiarán las estaciones. La Tierra no producirá más
que malos frutos. Los astros perderán sus movimientos
regulares. La luna no reflejará más que una
débil luz rojiza. El agua y el fuego causarán
en el globo terrestre movimientos convulsivos y horribles
terremotos que tragarán montañas, ciudades,
etc.
ROMA PERDERÁ LA FE y se convertirá en la
sede del anticristo. Los demonios del aire, con el anticristo,
harán grandes prodigios en la Tierra y en los aires,
y los hombres se pervertirán más y más.
Dios cuidará de sus fieles servidores y de los hombres
de buena voluntad. El Evangelio será predicado por
todas partes. Todos los pueblos y todas las naciones conocerán
la verdad.
Yo dirijo una apremiante llamada a la Tierra; llamo a
los verdaderos discípulos del Dios que Vive y Reina
en los Cielos; llamo a los verdaderos imitadores de Cristo
hecho hombre, el único y verdadero salvador de los
hombres; llamo a mis hijos, a mis verdaderos devotos, a
los que se me han consagrado a fin de que los conduzca
a mi Divino Hijo, los que llevo, por decirlo así,
en mis brazos, los que han vivido de mi espíritu;
finalmente, LLAMO A LOS
APÓSTOLES DE LOS ÚLTIMOS
TIEMPOS, los fieles discípulos de Jesucristo que
han vivido en el menosprecio del mundo y de sí mismos,
en la pobreza y en la humildad, en el desprecio y en el
silencio, en la oración y en la mortificación,
en la castidad y en la unión con Dios, en el sufrimiento
y desconocidos del mundo. Ya es hora que salgan y vengan
a iluminar la Tierra. Id y mostraos como mis hijos queridos,
yo estoy con vosotros y en vosotros, con tal que vuestra
fe sea luz que os ilumine en esos días de infortunio.
Que vuestro celo os haga hambrientos de la gloria de Dios
y de la honra de Jesucristo. Pelead, hijos de la luz, vosotros,
pequeño número que ahí veis; pues
he aquí el tiempo de los tiempos, el fin de los
fines.
La Iglesia será eclipsada, el mundo quedará consternado.
Pero he ahí a ENOC y ELÍAS, llenos del espíritu
de Dios; predicarán con la fuerza de Dios, y los
hombres de buena voluntad creerán en Dios, y muchas
almas serán consoladas; harán grandes prodigios
por la virtud del Espíritu Santo y condenarán
los errores diabólicos del anticristo.
Ay de los habitantes de la Tierra!. Habrá guerras
sangrientas y hambres, pestes y enfermedades contagiosas;
habrá lluvias de un granizo espantoso para los animales;
tempestades que arruinarán ciudades; terremotos
que engullirán países; se oirán voces
en el aire; los hombres se golpearán la cabeza contra
los muros; llamarán a la muerte, y, por otra parte,
la muerte será su suplicio. Correrá la sangre
por todas partes ¿quién podrá resistir
si Dios no disminuye el tiempo de la prueba? Por la sangre,
las lágrimas y oraciones de los justos Dios se dejará aplacar.
Enoc y Elías serán muertos. Roma pagana desaparecerá;
CAERÁ FUEGO DEL CIELO y consumirá tres ciudades;
el universo entero estará preso del terror, y muchos
se dejarán seducir por no haber adorado al verdadero
Cristo, que vivía entre ellos. Ha llegado el tiempo;
El sol se oscurece; SOLO
LA FE VIVIRÁ.
He aquí el tiempo: El abismo se abre. He aquí el
rey de los reyes de las tinieblas. He aquí la bestia
con sus súbditos, llamándose el salvador
del mundo. Se retomará con orgullo por los aires
para subir hasta el Cielo; será sofocado por el
soplo de San Miguel Arcángel. Caerá, y la
Tierra, que llevará TRES
DÍAS en continuas
evoluciones, abrirá su seno lleno de fuego; Será hundido
para siempre, con todos los suyos, en los abismos eternos
del infierno.
Entonces el agua y el fuego PURIFICARÁN y consumirán
todas las obras del orgullo de los hombres y TODO
SERÁ RENOVADO:
Dios será servido y glorificado".
La última profecía de la Virgen de La Salette
estaría cumpliéndose .