EL ROMÁNICO EN LA
VALL DEL BOÍ. IGLESIA DE SANT
JOAN DE BOÍ
Francisco Molina
Muñoz
La Vall del Boí,
agosto 2014
Ficha
Resumen
Monumento:Iglesia
parroquial de Sant Joan de Boí Localidad: Boí (Alta
Ribagorça) Coordenadas UTM: 31, 322147,
4710254 Descripción: Iglesia
de planta basilical con tres naves y tres ábsides
semicirculares, de los que solo se conserva original
el norte. Campanario-torre de cuatro plantas. Cuenta
con un importante conjunto de pinturas murales. Elementos destacados: Pinturas murales. Planos: Planta Fotografías
Bibliografía específica
Descripción
Boí fue durante los siglos X, XI y XII el centro
político y religioso del Valle, por lo que la iglesia
de Sant Joan constituyó el referente espiritual
en la comarca. Es un edificio que ha sufrido muchas reformas
durante la historia, y el aspecto que vemos hoy en día
constituye el resultado obtenido tras diversas remodelaciones
realizadas durante el siglo XX. En ellas se retiraron los
contrafuertes de las fachadas norte y sur, y se eliminaros
las compartimentaciones que dividían las naves laterales
en capillas. La cubierta también había sido
objeto de modificaciones puesto que durante los siglos
XVII se había sustituido la cubierta original de
madera por una bóveda de piedra con nervaduras,
motivo por el cual aparecerían los contrafuertes
en los muros laterales. El aspecto definitivo entra estéticamente
dentro del románico, adaptado al entorno cultural
y constructivo del Valle.
La planta resultante
de tanta remodelación conserva el trazado
original del templo: tres naves paralelas distribuidas
en una tradicional planta basilical, separadas por
dos muros con cuatro aberturas compuestas por arcos
de medio punto que descansan sobre tres pares de
columnas, circulares en los dos primeros tramos y
rectangulares en el tramo más oriental. La
cabecera originalmente quedaba perfilada por tres ábsides
semicirculares, de los cuales solo se conserva el
del lado de septentrión, siendo la del lado
sur una reconstrucción imitación de ésta.
El ábside central desapareció (y con él
las pinturas que seguramente contenía) y hasta
la fecha no se ha reconstruido, quedando tapiado
el espacio con un liso muro de cierre. La cubierta
está realizada a base de embigado de madera
y tejas de pizarra, probablemente cercana en aspecto
y estructura a la original del siglo XI.
El acceso al interior se realiza a través de una
puerta sencilla abierta en el muro occidental, moderna,
puesto que la entrada original es la que se sitúa
al pie de la fachada norte y que fue tapiada para albergar
las capillas laterales mencionadas anteriormente. Más
tarde hablaremos de los restos decorativos en forma de
frescos que se conservan en el exterior de esta entrada,
y desde luego destacan en un primer momento. La iluminación
interior se garantiza mediante un par de ventanas situadas
en el ángulo sur-oeste y mediante otras tres ventanas
alineadas a lo largo de la fachada norte.
Desde el exterior se pueden apreciar paramentos sencillos
realizados con bastante poco cariño, son muros realizados
con hiladas muy irregulares y con tamaños de bloques
muy dispares. La parte más regular de este aparejo
aparece en el ábside lateral norte que se conserva
como original. En ellos aparece también la única
decoración exterior del cuerpo de las naves, en
forma de arquillos ciegos en el remate superior de los
muros curvos absidiales.
El campanario queda adosado al muro sur y se comunica con
la nave lateral meridional. Solo las dos primeras plantas
(a parte de la base) son las originales. Esto se puede
avistar observando el despiece de los muros desde una cierta
distancia, donde podemos adivinar la junta divisoria entre
las distintas épocas constructivas a la altura entre
la segunda y la tercera planta. Las dos últimas
plantas son, por lo tanto, posteriores, quizá en
un intento de devolver la forma original del campanario.
La decoración de estas dos primeras plantas corresponde
a la tipología del Valle, es decir decoración
a base de rehundidos en cada planta con arcuaciones lombardas
en la parte superior, enmarcando las ventanas, dividiendo
los pisos y acompañadas por una franja de dientes
de sierra en el segundo piso, con idéntico alzado
en las cuatro caras y con sencillas ventanas de arco de
medio punto, geminadas en el caso de la segunda planta,
y sencilla en la primera. (1)
La iglesia de Sant Joan sigue, como ya hemos dicho, el
primitivo tipo basilical de tres naves cubiertas con madera
y puede corresponder al primer grupo de iglesias construidas
en el Valle de Boí a mediados del siglo XI, contemporánea
de las fases más antiguas de Erill-la-Vall y de
Sant Climent y Santa Maria de Taüll. A diferencia
de éstas, Sant Joan no debió ser radicalmente
transformada a principios del siglo XII y solo se le añadiría
un campanario que ya corresponde a las etapas constructivas
más tardías edificatorias del Valle, de finales
del XII o posterior.
El interior
El
interior se encuentra actualmente compuesto por
un espacio diáfano interrumpido
tan solo por los pilares y los tramos arqueados,
con distinto aspecto al que tendría en siglos
anteriores cuando existían las capillas laterales.
Todos los muros se han revestido hace pocos años
con un enyesado fino y se han realizado sobre él
réplicas más consistentes (y mejor
observables) de las pinturas originales encontradas
en los años 20, trasladadas a Barcelona. Pongo
aquí varias imágenes tomadas en el
interior para que veáis el colorido que tiene:
es más fácil imaginarse aquí mientras
paseas todo el interior del edificio completamente
decorado con frescos, como estuvo realmente alguna
vez, el colorido sería impresionante y la
carga informativa apabullante para ese pobre cristiano
asustado por la venida inminente del fin del mundo.
Aunque si pensamos algo mejor, quizás la falta
de iluminación existente haría la estancia
en el interior más "llevadera",
nunca se sabe.
Las pinturas murales
El conjunto pictórico que decoraba los muros interiores
y exteriores de la iglesia de Sant Joan de Boí ha
sido recuperado y trasladado en tres momentos distintos
y por tres iniciativas diversas. Fue en 1907 primero, en
una expedición encabezada por Josep Puig i Cadafalch
y por Josep Gudiol y Cunill. En 1919 se comenzó otra
campaña de arranque de parte del conjunto pictórico
que aún quedaba, esta vez bajo las órdenes
de Joaquim Folch i Torres. Finalmente, en la década
de los setenta se realizó la última revisión
y transporte de elementos pictóricos hacia Barcelona,
encabezando esta última "expedición" Joan
Ainaud. Tenéis más información sobre
los traslados y su proceso en (2) .
Así pues, este notable conjunto pictórico
queda situado en el MNAC, en Barcelona. El trabajo completo
de traslado no se terminó y quedan aún in-situ
algunas partes y fragmentos de pinturas, entre las cuales
están las que corresponden a la decoración
del arco triunfal del ábside central. Las que se
recuperaron, y que actualmente se conocen, procedían
del intradós de seis de los arcos de separación
entre las naves, también dentro de las dos naves
laterales, de los muros norte y sur de las naves laterales
y la decoración exterior de la puerta de entrada
original.
Trataré de representar las pinturas de la manera
más ordenada posible, con algún croquis esquemático
que ayude a situar cada elemento allí donde lo corresponde.
Primero veremos las pinturas exteriores sobre la puerta
norte, pasaremos a las interiores después: primero
la nave lateral norte (muro norte primero y muro sur entre
naves con sus arcos después) y finalmente la nave
lateral sur (su muro norte de separación y los restos
en el muro occidental con los intradoses de los arcos).
1.- La Puerta
Exterior
El primer grupo de pinturas que podemos contemplar en nuestra visita es el situado
en la parte superior del portal de entrada original ubicado en el muro norte.
Como para entrar a la iglesia debemos circular por esta parte del conjunto veremos
la puerta enseguida. Su decoración, originariamente resguardada bajo un
porche de madera, resulta extraordinaria iconográficamente hablando por
la falta de paralelismos conservados en el resto de Europa. Resulta difícil
hacer una lectura detenida de las teofanías que se desarrolla en este
muro, aunque se disponga de dibujos realizados a principios de siglo que han
ayudado a los expertos a leerlas. El tema central del conjunto quedaría
encima justo de la puerta, dentro de un círculo desdibujado, y permitiría
colocar la figura del agnus en su interior, así como el crismón
o la cruz, por desgracia no se ha conservado ningún resto ni nada que
de alguna pista. En todo caso, no hay duda que la forma sostenida por cuatro ángeles
que la rodean y las figuras del sol y de la luna en los ángulos superiores
representa el centro de la imagen.
En un segundo nivel, más terrenal,
se encuentran un grupo de figuras humanas, una de ellas
con un libro, testimonio
de la visión o, en el caso de la figura que se aísla en el lado
izquierdo, un evangelista o un profeta. Una inscripción, actualmente ilegible,
coronaba y, naturalmente, definía el contenido de la visión. Toda
la escena se desarrolla sobre un fondo de franjas horizontales de diversos colores,
y queda enmarcado por un borde decorado con dibujos geométricos de diversos
colores.
2.- Nave lateral Norte
Ya en el interior, la fragmentaria decoración que
se conserva hace algo desordenada su contemplación.
Empezaremos por la nave lateral norte.
El muro norte, casi al completo, se ordena en cuatro compartimentos
o escenas a partir de los elementos arquitectónicos
existentes: las tres ventanas y la puerta. Comenzando la
lectura desde la cabecera encontramos los restos de una
figura encaramada a una montaña o a un elemento
rocoso, el apóstol Felipe según la inscripción
que lo acompaña, que seguramente se oponía
en conversación a otra figura desaparecida. El segundo
espacio, más ancho y situado entre dos ventanas,
muestra una escena de juglaría con tres figuras:
un tocador de salterio, un malabarista con bolas y cuchillos
y un tercero que realiza un juego de equilibrio, intentando
recoger las espadas con la boca mientras se mantiene cabeza
abajo. El tercer y cuarto compartimento repiten el esquema
del primero, dos personajes nimbados, apóstoles
o santos, conversan opuestos. En el último de los
compartimentos, un pequeño friso con figuras de
animales reales, como un dromedario, o fantásticos
son separados por esquemas arquitectónicos. La puerta
que se abría entre el tercer y cuarto espacio se
decoraba con la figura de una gallo dentro del tímpano.
Bajo las figuras recorre el muro una franja dibujada con
un zigzag. Por la parte superior, otra franja decorada
con medallones y motivos naturales, completa la decoración.
Sobre el dintel de la puerta vemos un gallo sobre un fondo
rallado.
En el muro occidental, aun en la nave norte, se encuentra
otro fragmento de los muchos dispersos, en lo que se adivina
la continuación del ciclo de santos o profetas "conversadores" del
muro norte en esta parte de la decoración. En este
caso se intuye un personaje ante una especie de ciudad
o fortaleza amurallada.
En el muro oriental de la misma nave norte, en el frontis
sobre el arco de acceso a la absidiola, también
encontramos fragmentos decorativos, una franja inclinada
de zigzag, que perfilaría la inclinación
de la cubierta y animales en las esquinas. Destaco la similitud
con las pinturas murales en el mismo punto tanto en Sant
Climent como en Santa Maria de Taüll, donde también
aparecen animales de alguna clase en el mismo lugar.
Para cerrar la decoración de la nave lateral norte,
nos fijaremos ahora en las pinturas que aparecen en el
muro divisorio con la nave central. Empezaremos ahora por
la parte más occidental, la más alejada de
la cabecera. En la zona del primer pilar encontramos la
parte inferior de un personaje y bajo el pilar circular
decorado con ondulaciones que haría el efecto del
mármol. En el intradós del arco entre la
primera y segunda columna -en este y en prácticamente
la totalidad del resto de arcos- también aparecen
cuadrantes decorados con figuras geométricas o animales
diversos. La idea de que en todo el interior de la iglesia
se representara todo un bestiario completo es sugerente,
aunque ya veremos que algunos de los animales que aparecen
no son identificables en la actualidad. En este caso en
concreto vemos un animal identificado con el texto OSNE ¿?,
bajo el un cuadro no completo reza la inscripción
VIBRA y un cuadro geométrico cuarteado en aspa en
la clave.
En el segundo pilar encontramos parecida decoración
en forma de veteado a modo de mármol y una figura
en la parte superior que recoge un ave entre las manos.
Sobre el, los pies de otra figura. Cabe decir aquí que
estos fragmentos se encontraron situados en la cara interior
del muro occidental, junto a los fragmentos relativos al
seno de Abraham y al infierno.
En el intradós del siguiente arco encontramos de
nuevo un compartimento con decoración geométrica
en la clave y el segundo cuadrante conteniendo un animal,
otra vez fantástico, en este caso una especie de
pez gigante con un largo cuello del que cuelga una cabeza
de pájaro, el rotulo a su lado reza su nombre y
lo identifica como un MAGI ¿?.
Sobre este arco encontramos también un fragmento
conservado de mayor tamaño con un enmarcado a base
de cenefas geométricas y sobre un fondo compuesto
por dos franjas horizontales de colores rojo y amarillo.
Encontramos de nuevo un animal, una especie de leopardo
en actitud de movimiento que hecha fuego por la boca y
que remata su cola con una pequeña cabeza, varios
ojos o manchas se abren en su espalda. Ningún rótulo
nos informa sobre el nombre del ser en cuestión
aunque podría formar parte de una escena más
compleja completada por la parte desaparecida a su derecha.
Finalmente, en el último tramo de la galería
encontramos la mayor concentración de elementos.
Se trata de nuevo del intradós del último
arco en el que podemos ver imágenes en cuatro de
sus compartimentos. Como parece ser la regla general de
los arcos, una figura geométrica corona el arco
en la clave, en este caso un doble círculo inscrito
que se divide en cuartos alternando los colores rojo y
azul, con unas líneas y curvas dibujadas en el centro.
En los restantes compartimentos tenemos a un elefante (O.LIFAN.TI),
un animal imaginario (CARCOLITI) y un león (LEO).
Sobre el arco, una de las escenas más claras de
toda la iconografía pictórica del interior
de Sant Joan de Boí: la escena de la lapidación
de San Esteban. Sobre un fondo compuesto por tres franjas
horizontales de colores rojo, azul y amarillo, tres personajes
representados de perfil arrojan piedras y rocas al mártir,
que sangrando por sus heridas en la cabeza y arrodillado,
extiende sus brazos y dirige su mirada hacia la esquina
del cuadro, desde donde una mano divina surge del centro
de un arco que simbolizaría la luz celestial y emite
un haz de luz que señala la figura de San Esteban.,
bendiciéndolo con su toque. La inscripción
que acompaña al personaje lo identifica: SS STEFANS.
La escena de la lapidación se encontraba originalmente
situada en el muro divisorio de la nave lateral sur, sobre
el primer arco anexo al ábside. Desconocemos porqué se
ha reubicado en las réplicas de la iglesia al lado
contrario.
3.- Nave lateral sur
En la nave lateral de mediodía encontramos también
restos fragmentarios de la decoración mural: en
el muro de cierre occidental, en el muro sobre los arcos
y en el intradós de los propios arcos. Todas las
figuras quedan sin identificar, ya sea porque se ha perdido
parte de la pintura en la que se definía su nombre,
ya sea porque nunca han tenido el rótulo.
De los intradoses destacan los animales fantásticos
y la figura humana del tullido que pone su mano sobre sus
partes pudientes en el intradós del segundo arco.
Vista la fragmentariedad de los restos pictóricos
es difícil hipotetizar sobre del programa iconográfico
original, teniendo en cuenta que faltan elementos tan importantes
como son la decoración del ábside central
o las pinturas de la nave central. En líneas generales
se podría aventurar a decir que los dos muros, sur
y norte respectivamente de las naves laterales norte y
sur, es decir, las que se disponen sobre los arcos de separación,
contenían figuras de santos, sin que en casi Ningún
caso se tengan elementos para identificarlos, situados
exactamente sobre los pilares. Una escena hagiográfica
ocupa también un paramento de la parte superior:
la lapidación de San Esteban. Hay unos espacios
vacíos suficientes para pensar en la existencia
de otra escena de carácter parecido bajo ella, aunque
solo se cuenta con una inscripción: SANCTUS MARTINUS.
No sería imposible pensar que tal vez la Caridad
de San Martín podría ser la escena representada.
Las paredes maestras de cierre de las naves concentraban
toda una serie de imágenes o escenas yuxtapuestas,
siendo la mayoría de ellas representaciones de animales.
En total podrían haber un total de 24 figuras de
seres, como ya hemos visto algunos de ellos pertenecientes
a ciclos de bestiario: olifante, león, víbria,
etc... y otros que no, todo y contar con una inscripción,
resultando imposibles de reconocer: carcoliti, magra, etc...
Dentro de esta serie se sitúa la excepción
en forma de figura humana con una prótesis en la
pierna izquierda No existe Ningún paralelo en la
pintura mural de Europa para un grupo de figuras fantásticas
como las que se encuentra en Boí, quizás
los animales fantásticos son copias de algunos existentes
dibujados en algunos manuscritos ilustrados. La decoración
exterior de la puerta sur parece alejarse por su parte
del estilo existente en el interior, y ambos distan también
de cualquier conjunto o fragmento de pintura mural de Cataluña,
por lo que no se pueden englobar dentro de Ningún
grupo o corriente más general. (2)
Del muro occidental solo se conservan dos fragmentos expuestos
en el MNAC, corresponden a una escena con tres personajes
tras un manto que se relaciona con Abraham y otros fragmentos
que escenifican el infierno.
Fotografías
Bibliografía específica
sobre el lugar:
(1) Catalunya Romànica. Vol. XVI. La Ribagorça.
1987. Barcelona. Fundació Enciclopèdia
Catalana.
(2) Catalunya Romànica. Vol. I.
Introducció general.
Museu Nacional d'Art de Catalunya. 1987. Barcelona.
Fundació Enciclopèdia
Catalana.
SUREDA, Joan. "La Pintura románica
a Catalunya".1982.
Barcelona. Alianza Forma.v
DALMASES, Nuria de /
JOSÉ i Ptarch, Antoni. "HISTÓRIA
DE L'ART CATALÁ I, sIX.XII. Els inicis de
i l'art románic". Edicions 62.