LA HIGUERA: ¿FRUTO
BENDITO O MALDITO?, ENTRE LA REALIDAD Y LA LEYENDA
Manuel Romero
Castillo
Profesor del IES Astaroth en Rota (Cádiz)
Rota, 14 de noviembre de 2016
En el Valle de Lecrín encontramos
higueras en los más variados sitios (balates, caminos,
etc.). Es lo normal, dado que las condiciones climatológicas
benignas y el tipo de suelo facilitan que este árbol
de pequeño porte o arbusto crezca sin problemas.
Encontramos algunas variedades como la higuera del higo
verde o la del higo negro. Son dos especies diferentes
que dependiendo del tipo de terreno (regadío o secano)
ofrecen frutos más o menos dulces y jugosos.
Queremos repasar las diferentes
tradiciones orales que se han sucedido a lo largo de la
historia sobre este fruto, bendito para unos y maldito
para otros.
Sabemos que este fruto procede de Asia oriental, y que
se fue expandiendo con las sucesivas colonizaciones de
estas poblaciones que emigraron a Europa buscando alimentación,
mejores condiciones climáticas y materias primas.
EN LA PREHISTORIA
Precisamente en la actual Armenia se encontraron lápidas
funerarias del siglo III antes de Cristo donde aparecen
representadas las hojas de la higuera1.
También sabemos, que los pobladores del periodo
Paleolítico iban recolectando todo tipo de frutos
silvestres, entre los que se encontrarían los higos.
Estos arbustos no necesitaban ningún tipo de cuidado
y su fruto es fácilmente manipulable, no necesita
ningún tipo de tratamiento para purificarlo o darle
más valor. Como reconoce Capote su papel dietético
en la dieta del hombre prehistórico es fundamental,
sobre todo porque estaba muy extendida por las regiones
cálidas y templadas de todo el planeta. En las Islas
Canarias, en Icod se han encontrado restos petrificados
en el siglo III después de Cristo2.
Rodolfo Tafur ha reunido información sobre yacimientos
de higos fosilizados en el valle del río Jordán
con 12.000 años antes de Cristo, pues se dieron
antes que el trigo y la cebada3 fuese domesticada por el
ser humano.
Cuando el ser humano primitivo estuvo en condiciones de
utilizar su raciocinio fue cuando se planteo el origen
de lo que consumía. ¿De dónde provenía
la higuera?
ANTIGUA
GRECIA
Será en la Grecia antigua donde encontramos una posible explicación
sobre el nacimiento de este arbusto. Explicación que encuentran en un
mito, pues los moradores de esta época intentan comprender el mundo mediante
explicaciones no científicas sino al alcance de sus mentes filosóficas
y politeístas.
Elbia Haydée, en su estudio sobre la fruta en
la literatura griega dice en cuanto al higo, aparece
además de la historia de Siqueo4.
María
José García ha investigado sobre la consideración que
para los griegos tenía dicha fruta, Se le atribuía un origen
divino, puesto que fue un regalo que Deméter hizo al rey ateniense
Fítalo,
agradecida por haber sido acogida en su casa5 Rodolfo
Tafur dice que en los principios de los Juegos Olímpicos, los atletas
ganadores eran coronados con hojas de higo y como premio les entregaban higos
para comer. Esta planta
en la antigua
Grecia era símbolo de honor y vigorosidad. También se encuentra
presente en la mitología griega, Cuando se dio la guerra de los titanes,
Zeus perseguía a Gea y a su hijo Syzeus, cuando la estaba por alcanzar,
Gea se trasformó en una higuera, pasando desapercibida, de este mito,
la antigua ciudad de Sikea (significa higo en griego antiguo) toma su nombre6.
ROMA
Rómulo y Remo, los míticos fundadores de Roma, fueron amamantados
por una loba, este amamantamiento se realiza bajo la sombra de una higuera7.
Dicho mito se recogió en las monedas y las pinturas alegóricas.
Para esta civilización la higuera era un árbol
sagrado, pues estaba dedicado al dios Baco. En las festividades
del nuevo año se intercambiaban higos como regalo.
LA BIBLIA
La Sagrada Escritura se hace eco de este fruto. El propio
Jesús de Nazaret lo inserta dentro de su mensaje.
Pero aparece mucho antes, en el Génesis ya aparece
como fruto elegido por los primeros padres, Adán
y Eva, para tapar su desnudez. Así, se convirtió en árbol “sagrado”,
pues gustosamente el arbusto les dio sus hojas. Los artistas
plasmaron en sus obras este relato bíblico.
Charles Pfeiffer ha recogido el sentido bíblico
de este fruto, dice que la higuera… era sumamente
apreciada y a menudo mencionada juntamente con la vid.
Sentarse “debajo de su vid y debajo de su higuera” era
símbolo de prosperidad y de seguridad (1 R 4:25;
Mi 4:4). Los higos se secaban y se prensaban formando tortas,
y consumidos como alimento (1 S 25:18) o emplastos (2
R 20:7; Is 38:21)8.
EN PALESTINA
Palestina es uno de los enclaves donde encontramos algunas
de las variedades más jugosas y más mencionadas.
Pedro S. A. Donoso ha realizado un estudio profundo sobre
el pueblo de Israel y su vida cotidiana. Reseña
que el higo es alimenticio y tiene muchos usos tanto fresco
como seco. El “pan de higo” está formado
por higos frescos, que se amasan formando una torta que
después se deja secar al aire. Apósitos de
pan de higo se utilizaban (y siguen utilizándose
todavía hoy en el Oriente) como emplastos para las
llagas. Con el líquido de los higos secos se hacía
una cerveza de higos. El autor recoge la forma etimológica
hebrea. Higo se dice pag en hebreo, y el nombre se ha conservado
en el topónimo del conocido lugar del monte de los
olivos llamado Betfagé (arameo betpagge), que significa “casa(s)
de los higos.” Y realiza un recorrido por los pasajes
bíblicos donde aparece. Inspirándose en Gen
3:7 (en que Adán y Eva se hicieron unos ceñidores
cosiendo hojas de higuera), el arte desde los primeros
tiempos del cristianismo ha cubierto con hojas de higuera
(o de parra) los órganos genitales de las estatuas
desnudas9.
EN AMÉRICA
El Nuevo Mundo, como se conoció a la tierra americana
descubierta por Cristóbal Colón, es una tierra
rica en tradiciones orales, testimonio de la intensa actividad
imaginativa y hasta supersticiosa. Así lo pone de
manifiesto Rodolfo Tafur quien ha recopilado una interesante
historia:
Los sacerdotes católicos cuando construyen un Convento
siempre sembraban una higuera, esto es asimilado por los
antiguos peruanos y en muchos pueblos perdidos de nuestros
Andes lo empezaron a llamar "El árbol de Dios",
también le dieron la fama de que dicha higuera ahuyentaba
a los malos espíritus y atraía la fortuna.
Pero los españoles no solo trajeron dicho árbol,
sino también a la "mascota del diablo",
el macho cabrío, que en el Perú lo llaman "Chivo",
su carne no es muy apreciada por diferentes motivos, y
en especial porque se le asocia a los personajes del infierno.
Pero el hambre aprieta y es menester consumirlo, entonces
hay que acompañarlo con los frutos del " árbol
de Dios", es decir los higos y es así como
nace una receta propia de los peruanos, esta preparación
ya casi esta en desuso y su nombre es "La carne del
Diablo", sus ingredientes y preparación es:
Carne de chivo previamente serenado (exponerlo a la luz
de la luna por una noche), luego muy de mañana adobarla
con chicha de Jora macerada, ají amarillo, sal,
pimienta, ajos y comino. En una sartén con aceite
caliente sellar la carne y luego agregar cebolla finamente
cortada, cuando la cebolla se encuentre tierna, se le adiciona
el jugo de la maceración agregando una ración
mas de chicha de Jora. Cuando la carne este cocida, agregar
los 6 higos cortados horizontalmente y dejarlo en fuego
lento por espacio de 10 minutos. Rectificar la sazón
Se sirve en una fuente acompañado con arroz blanco10.
Más autores han recogido tradiciones orales “sobre
la higuera y sus leyendas”, en este blog se pueden
encontrar varios relatos interesantes, vinculados con el
demonio y la función del higo11.
EN ÁFRICA
Según informa Rodolfo Tafur el higo en este país
simboliza tanto la Abundancia, como la Iniciación
Sexual. Así, la savia blanca que aflora al ser cortada,
lo relacionan con la leche materna y el esperma, por lo
tanto es una "fruta" femenina y masculina. Las
mujeres en el África usan esta savia blanca para
elaborar ungüentos contra la esterilidad y favorecer
la lactancia. Los numerosos granos que contiene significan
la unidad y universalidad del conocimiento del hombre12.
BIBLIOGRAFÍA
OHANIAN, Pascual C., Prehistoria
de Los Armenios, Buenos Aires, 2012, p. 370.
ALFONSO
VARGAS, José Ángel, Aproximación
al estudio de fitolitos, almidones y otros referentes
microscópicos en plantas y materiales arqueológicos
de las Islas Canarias, Islas Canarias, 2014, p . 126.