ALTARES DE CULTO EN SAN
FERNANDO Y CHICLANA (CÁDIZ)
Manuel Romero
Castillo
San Fernando, 10 de marzo de 2015
La Cuaresma,
ese tiempo de conversión del cristiano, es también
un tiempo donde poder deleitarse con los altares de culto.
Un tiempo donde poder besar el pie o la mano de la sagrada
imagen que veneramos fervorosamente y que es un gran lujo
poder tener más cerca.
La cera se enciende y comienza a arder mientras oramos
intensamente para conseguir mejorar nuestras diarias vidas.
Los bellos ramos de flores adornan las magnificas imágenes
de Cristo y su Santa Madre y, nos enmarcan el acontecimiento
que vamos a vivir con un colorido que completa la imagen
de pasión, gozo y dolor.
Vamos a recorrer algunos puntos de la geografía
gaditana, las ciudades de San Fernando y Chiclana. En la
primera donde se están produciendo en este mes los
cultos que realizan la cofradía de Jesús
Nazareno de los Afligidos y María Santísima
de la Amargura. En Chiclana la hermandad, con la soberbia
e impactante imagen, de Jesús de Medinaceli y María
Santísima de los Dolores.
Altares de Culto
Los
altares de culto son concebidos como “entes activos” pues
van mutando según las necesidades de la cofradía/hermandad,
comienzan por instalarse en un sitio señero durante
una serie de días, generalmente varía entre
tres y una semana, pues no puede mantenerse en el tiempo
en exceso.
Se transforma
el espacio diario en un monumento visual y catequético de primera magnitud. El altar
es el espacio físico preeminente donde se sitúa
la imagen sagrada que vamos a venerar. Visualmente
el espectador observa una disposición jerárquica
donde la figura más importante está sobresalida
de todo el conjunto (altar). Existe un refuerzo visual
cuando se emplean velas, éstas rodean a la sagrada
imagen/imágenes y centralizan la atención
del espectador en un punto exacto del altar, su parte
central y elevada.
Catequéticamente cuando
observamos la escena estamos analizando lo que observamos
y extraemos una conclusión sobre el valor de
lo observado, es decir, el altar de culto se convierte
en un testimonio de la fe que tenemos, pues no es únicamente
un sitio diferente sino que está cargado de
simbolismo, se carga con valores cristianos significativos
que nos hacen reflexionar sobre el momento espiritual
en que nos encontramos y cómo lo encajamos
en nuestras vidas.
En las imágenes un detalle del exorno floral y
del tintero que
acompaña a la reliquia del doctor
de la iglesia,
en recuerdo de su labor de estudioso
San Fernando
En la zona del altar central encontramos un dosel que
enmarca a los sagrados titulares de la cofradía.
Para este año han formado un altar horizontal. En
un ala han situado un relicario con el Santísimo
Sacramento (la cofradía posee componente sacramental
durante su creación) y en el otro a Santo Tomás
de Aquino, patrón de los estudiantes.
El templo
parroquial del Santo Cristo, enclavado en la avenida
principal de la zona norte tiene su sede canoníca la cofradía popularmente
conocida de los “estudiantes”
Chiclana de la Frontera
En la plaza mayor encontramos la iglesia
barroca sin campanile (campanario) que es la sede canoníca
de la hermandad de Jesús Cautivo de Medinaceli.
La sobriedad monumental esconde una riqueza arquitectónica
de primer orden y la calle central que lleva hasta el presbiterio
nos conduce hacia el altar de culto donde encontramos la
quieta y expresiva imagen del Jesús Cautivo y su
santa Madre dolorosa.
En la imagen la iglesia Mayor dedicada a
San
Juan Bautista, sede de la cofradía
del Cautivo
Imagen altar de culto para el besapiés
El
primer viernes de marzo día
6 es cuando los fieles se han puesto el cola para ir
a ofrecer su humilde beso al “Jesús morenito”,
como se denomina cariñosamente en la localidad
a la milagroso imagen. Ese simple beso esconde el fervor
del fiel, pero también la necesidad acuciante
que posee en su vida, la gracia que ha recibido y por
la que ofrece un sincero gracias, la pena que le asfixia
y que no le deja respirar ni vivir, la necesidad de
tener más fe para afrontar mejor los obstáculos
diarios, etc. Son numerosas las razones que han impulsado
al fiel a ponerse en cola para dejar impreso en el
pie desgastado su amor, su fe, su devoción a
Jesús cautivo. Y de camino han realizado una
profunda reverencia a su Santísima Madre dolorosa
que mira al cielo implorando por el fiel que la observa.
A lo largo
de todo el día, desde las ocho de la mañana
hasta pasadas las once de la noche algo más de siete
mil fieles pudieron dejar su beso en el pie izquierdo de
la sagrada imagen.