Andalucía
está llena de maravillas, es indiscutible, por
ello, quiero centrarme en una pequeña iglesia
de la localidad cordobesa de Puente Genil.
La iglesia del Dulce Nombre posee una planta de salón
de medianas dimensiones, es decir, una única
nave. En sus paredes encontramos las hornacinas que
diversos protectores taumatúrgicos, santos,
como por ejemplo San Juan y advocaciones marianas,
como por ejemplo la Virgen de los Desamparados (en
la fotografía del autor), tienen.
El edificio
sustentado por pilastras que sostienen los arcos
fajones y entre arco y arco una apertura con un arco
apuntado, decorativo, pues no posee óculos
que permitan pasar la luz al interior.
Destaca arquitectónicamente la cúpula
cuadrada del pseudotransepto, que es un portento
arquitectónico. Usualmente las iglesias
poseen cubriciones circulares, al usar las pechinas,
los triángulos que se generan al pasar del
espacio cuadrado al circular, pero en el edificio
se aprecia el gracioso sistema para conseguir el
perfecto octógono. Las pechinas no son en
dos dimensiones sino que son tridimensionales.
Elevan en altura la cúpula y van acercando
el material para que vaya conformándola.
Aparecen las pechinas, pero son tridimensionales.
Algunos
protectores taumatúrgicos
que llaman la atención son San Juan o Santa
Lucia.
San Juan
aparece en su hornacina, excavada en el muro, con
sus atributos
de evangelista, el águila,
sobre la que está de pie, el pájaro
dorado tiene las alas extendidas y con actitud pacífica.
El santo varón, de pose tranquila y ropaje
hebreo señala con el dedo izquierdo mientras
en la mano derecha tiene el cáliz del que
sale la serpiente, símbolo del veneno.
Es San Juan un muchacho joven y sin bigote ni perilla,
de pelo oscuro y ojos de igual color. Su postura
denota que avanza hacia delante.
En Andalucía existe una curiosa frase o dicho, “hasta
que San Juan acache el deo”, nos referimos
a la postura que tiene, es el atributo de este santo,
es por lo que se le reconoce fácilmente.
La
imagen de Santa Lucia también
es curiosa, dado que no estamos acostumbrados a tener
su efigie por todas las iglesias.
La sagrada
imagen es de pequeña estatura
y tallada en madera y policromada bellamente. Aparece
con actitud tranquila y en su mano izquierda le falta
parte de sus atribuciones. En la derecha aparecen
los ojos metalizados, son exvotos síntoma
de las curaciones milagrosas que ha realizado.