Queremos
seguir indagando sobre el origen de los elementos
que utilizamos para realzar la Navidad,
el belén y ahora nos centraremos en el árbol.
¿Por qué ponemos un árbol en
Navidad y lo decoramos? La contestación más
lógica es por tradición, ¿de dónde
proviene esa tradición?, cuando realizas la
segunda pregunta no mucha gente puede respondértela.
Para contestar
correctamente a la segunda pregunta debemos remontarnos
en el tiempo,
a un tiempo de mitos
y leyendas y también a la expansión
del cristianismo por la zona europea pagana.
Los
Bosques Sagrados en Europa
Diversas culturas paganas: griegos , romanos, celtas y pueblos
de las llanuras alemanas tenían como referente religioso
los bosques, eran sitios sagrados.
Los griegos a los ganadores de las competiciones le regalaban
una corona floral.
Con Roma el laurel fue un árbol sagrado y la representación
del poder, el César llevaba una corona de laurel y
a los ganadores en alguna competición o loados guerreros
se le obsequiaba con laurel. Durante el mes de diciembre
celebraban las saturnales, en honor al dios Saturno, era
una fiesta donde se ofrecían presentes a otras personas
y existía la costumbre de decorar la puerta principal
de los hogares con unas coronas de flores y hojas verdes
trenzadas o también se ponía un arbolito adornado
con frutas bonitas.
San
Bonifacio
Para
los celtas el bosque era un centro de reunión
con los espíritus de los antepasados.
Los árboles centenarios y milenarios eran tenidos por sagrados, en ellos
se quería ver la mano de la divinidad y se veneraba la zona. Se le ofrecía
ofrendas y era un sitio especial donde se unían las parejas.
¿Por
qué iba el ser humano a ese lugar? Porque en
numerosas civilizaciones el árbol, sobre todo
en las religiones orientales, es un signo de encuentro
con lo sagrado, del encuentro del ser humano con la
divinidad y de la divinidad con la persona. Era una
vía para comunicarse individualmente con la
inaccesible divinidad.
Un ejemplo de árbol
sagrado por antonomasia lo encontramos en la zona alemana,
en el Roble de Thor, también conocido en alemán
como Donareiche (roble Donar o roble del trueno) era
un legendario árbol sagrado para la tribu germánica
de los Chatti, antepasados de los hessianos y un importante
lugar sagrado de los pueblos germánicos paganos.
La
Mitología Nórdica
Para nosotros un árbol es de donde extraemos la fruta,
madera, etc., que vamos a consumir, sin embargo, la mitología
nórdica lo tenía como el elemento más
sagrado. El árbol es Yggdrasil, es símbolo
del Universo donde se hallaba la morada donde residen los
dioses, y donde se encuentra el palacio de Odín (Asgard),
desde el que rige el mundo conocido.
El árbol poseía dos partes muy diferentes.
La cima, donde estaba Asgard y las raíces, era donde
se situaba el reino de los muertos (Helheim).
Según Ramón Talavera el primer árbol
de navidad fue decorado con sangre. Sobre todo porque en
torno al árbol se realizaban los rituales, el primero
al Dios Odín (“padre de todos” según
la mitología escandinava). Su rito consistía
en que un grupo de guerreros se reunía en torno al
roble sagrado de Odín y a manera de tributo, ofrendaban
las vidas de los prisioneros de guerra . El segundo rito
estaba dedicado al Dios Thor, (hijo de Odín. Considerado
como el más fuerte de todos los Dioses nórdicos).
En su nombre realizaban una ceremonia con pencas de palma
de doce hojas, cada una de las cuales representaba un mes
del año. Al finalizar la ceremonia, encendían
la punta de cada hoja y apilaban las palmas en forma de pirámide
formando una hoguera en su honor .
El Cristianismo
Desde el siglo IV d. C. se difundió por Europa el
cristianismo debido a evangelizadores que asistidos por el
empuje de la fe iban recorriendo lugares olvidados del orbe
desconocido, recordemos, que no había mapas ni GPS
ni medios de transporte tan abundantes como hoy día.
Quien iba de peregrinación emprendía “una
aventura”, en el camino podría encontrar cualquier
cosa por eso llevaba un arma para defenderse, el bastón.
Uno de los evangelizadores de la zona alemana fue el misionero
anglosajón san Bonifacio . El Papa Gregorio II le
otorgó los poderes apostólicos para que fuese
por la zona europea predicando el evangelio y convirtiendo
a la gente al cristianismo.
En el año 723, san Bonifacio, llegó a la zona
buscando convertir a las tribus germánicas al cristianismo.
Al llegar donde estaba el Roble de Thor y ver que se le ofrecían
sacrificios agarró el hacha y lo cortó y con
su madera construyó una capilla dedicada a San Pedro
en Fritzlar.
Como las gentes ofrecían a los árboles comida
y lo veneraban pensó en realizar una decoración
para ir transmitiendo los valores del cristianismo. Cambió en
primer lugar el roble por un abeto, luego decoró el árbol
con manzanas, lazos y velas. Esta decoración esconde
un profundo significado teológico.
Vidriera de la iglesia alemana donde se ve a S. Bonifacio
apóstol talando el Roble de Thor mientras alguien
ofrecía una ofrenda de sangre.
Por
un lado, el árbol en
sí mismo es símbolo del paraíso
donde nacieron nuestros primeros padres y donde estamos
destinados a llegar. en relación con este
hecho se rememora el pecado original que soportamos
cuando Eva y luego Adam comió del fruto del
bien y del mal, la manzana. Al poner las manzanas
Bonifacio daba testimonio de la fe y del pecado (tentaciones)
que los seres humanos pasaban a lo largo de su vida,
por ello, agregó el segundo elemento, las
velas. Son la representación de la luz que
Jesucristo trae al mundo al nacer. Y a la vez se
cierra el círculo con los lazos, que unen
a todas las personas en una gran familia, la familia
de los hijos de Dios.
Por otro lado Ramón Talavera ve otros sentidos
religiosos, el árbol ha sido utilizado como
símbolo de la unión del cielo y la
tierra, nos recuerda la redención y se asocia
con el árbol de la vida, que lucía
en medio del jardín del edén. Las esferas
simbolizan los frutos del Árbol vivo que es
Jesús y sus decoraciones nos recuerdan las
gracias que el hombre tenía cuando vivía
en el paraíso en completa amistad. Las luces
que se encienden y se apagan representan la luz de
Cristo, el estado paradisíaco que del amor
de Cristo. Y la estrella que se coloca en la punta
del árbol, representa la estrella de Belem
que anuncia la redención de la humanidad.
Notas:
El roble
ya estaba asociado con Zeus en la Antigüedad
Clásica, en general, el roble representaba valores
tradicionales como la verdad, la longevidad y la lealtad.