ISBN: 978-84-697-0528-5
DL: GR1139-2014
Editores: Lorenzo Luis Padilla Mellado
Margarita M. Birriel Salcedo
Hablar
de la Semana Santa paduleña es sumergirse en una
historia que se remonta hasta la última mitad del
siglo XVI, cuando cruces de piedra jalonaban las estaciones
del Vía Crucis por las calles de Padul. Es hablar
de tradiciones profundamente arraigadas, de religiosidad
popular, de supersticiones, de los avatares socioeconómicos
que forjaron y marcaron cada época, de arte y cultura
en forma de música e imaginería, en definitiva
es hablar de un mundo que permanece entre los claroscuros
de la memoria colectiva y que hay que desvelar para que
las futuras generaciones sean conscientes del bagaje cultural
que, aún con los cambios impuestos por el tiempo
y las modas, siguen estando ahí, vigente y gozando
de buena salud.
El contenido de la comunicación que bajo el título: “La
Semana Santa paduleña desde el punto de vista histórico,
religioso, socioeconómico y artístico, desde
sus inicios hasta la década de 1950”, está basado
en información obtenida de múltiples fuentes:
colaboraciones y artículos publicados en Padul Cofrade
(www.padulcofrade.com), donde están, libremente,
a disposición de todo el que desee consultarlos,
así como de entrevistas personales, mantenidas con
multitud de vecinos de Padul, la mayoría de edad
avanzada, por lo que son conocedores, por experiencia propia,
de buena parte de cuanto se expondrá.
1.- Primeras manifestaciones religiosas
externas en relación con la Semana Santa de Padul
Existe la convicción, entre los que tenemos el
honor de sacar a la luz la historia de fechas tan señaladas,
que la Semana Santa Paduleña, comenzó a tomar
forma durante el primer cuarto del siglo XVIII, posiblemente
entre 1715 y 1720.
No
obstante podemos remontarnos hasta finales del
siglo XVI, para hallar las muestras tangibles
más antiguas, relacionadas con actos religiosos,
propios de la Semana Santa, parte de las cuales pueden
encontrarse, básicamente, en las cruces de piedra
que jalonaban el itinerario del Vía Crucis que,
desde tiempos inmemoriales, se celebraba en esta Villa.
Por desgracia no todas se conservan, pero, siendo positivos,
podemos felicitarnos por el hecho de que aún
existan algunas muestras notables de dichos monumentos.
La más antigua de las Cruces de piedra de
las que se aún conservan en Padul, se yergue
en la placeta de la iglesia, antes fortín
defensivo de los castellanos y después cementerio
de los clérigos. En la segunda peana y en
sus cuatro caras se encuentra esculpida una leyenda
que perpetúa el fervor religioso de nuestros
antepasados.
Dice lo siguiente:
Cruz de piedra de 1676
A HONRA Y GLORIA DE DIOS
NUESTRO SENOR Y DE SU
BENDITA MADRE (1ª cara)
PUSIERON ESTA CRUZ
POR SU DEVOCIÓN
PEDRO MARIN (2ª cara)
Y....... MORALES
CRUZ Y ALONSO DE MOLINA (3ª cara)
Y FRANCISCO PEREZ REJON
SE ACABO AÑO DE 1676 (4ª cara)
Cruz de los “Burbujones”
Junto
con su compañera, la Cruz
popularmente llamada de los "Burbujones"1 ,
componen el cuadro de la Segunda Estación
del Vía Crucis y alto obligado de la antigua
procesión
del Jueves Santo, también llamada la del "Silencio".
Estas cruces
de piedra, junto con las pocas que aún se conservan en el casco antiguo de Padul
y las que por desgracia han desaparecido, formaban
el conjunto de las estaciones del Vía Crucis
paduleño, estando ligadas de este modo a la
Semana Santa de la localidad, ya que el mismo tenía
lugar, en la antigüedad, cada Jueves Santo.
Otra prueba de los orígenes de la religiosidad
de Padul, la encontramos en los estatutos fundacionales
de la Hermandad del Señor, los cuales datan del
año 1579, los cuales, por fortuna, aún se
conservan.
No fue hasta la primera mitad del siglo
XX, siendo párroco
de Padul Don Adrián López Iriarte, clérigo
venido desde Órgiva, aunque de ascendencia vascongada,
que, a propuesta suya, comenzó a
perfilarse y tomar forma la Semana Santa Paduleña,
tal y como hoy la podemos ver. Los que lo conocieron dicen
que era alto y robusto y que, quizá por ello, le
gustasen las imágenes grandes. También cuentan
que vendió o rifó2algunas
obras de arte, para comprar santos esbeltos.
Éste párroco, de mente
preclara, imaginó como debía ser una
procesión de Semana Santa, de modo y manera
que todos sin excepción, leídos o analfabetos,
fuesen capaces de recibir, sin moverse del sitio, una
lección de catequesis que no podrían
olvidar aunque quisieran.
Oración
del Huerto (Principios del siglo XX)
Vera Cruz o Cruz del Santo Sudario
(Año 2005)
Así era el desfile procesional
soñado por Don Adrián López Iriarte.
Soñó con mostrar la Pasión de
Jesucristo, desde que oró en el Huerto de los
Olivos, hasta la imagen evocadora de una cruz vacía,
pero que habría de convertirse en símbolo
de salvación y, todo ello, pasando por cada
uno de los pasajes de la pasión.
Tuvo también
la visión o previsión
de dejar al cuidado de las familias más
pudientes del municipio algunas de las imágenes
que habrían de participar en el Vía
Crucis del Jueves y el “Entierro
de Cristo”3 del Viernes Santo. Así se aseguraba el máximo
de cuidado y decoro en el trato y exorno de cada
imagen o grupo escultórico, dada la escasez
de recursos económicos que padecía
el “pueblo llano”.
En un principio era una celebración
mucho más modesta que la de hoy día
puede contemplarse. Básicamente la componían
la Cruz Parroquial y dos ciriales que encabezaban
la procesión, seguidos por el Nazareno4,
delante del cual se situaba el paso viviente
de la "Verónica"5, que como
en la actualidad desfilaba ataviada con un vestido
largo,
de inspiración hebrea, de color blanco.
Lucía el cabello largo y suelto, según
la costumbre de la época, mostrando en
sus manos un paño en el que se ve impresa
la faz de Cristo.
Tras el Nazareno procesionaban el Crucificado,
el Santo Sepulcro y San Juan Evangelista.
La Verónica
(Principios del siglo XX)
Crucificado (Principios del siglo
XX)
Santo sepulcro (Mediados del siglo XX)
San Juan (Principios del siglo XX)
Mujeres de mantilla (Año 2013)
La
comitiva era seguida por una multitud de fervorosas
mujeres
vestidas de negro y tocadas con
velos o "mantillas"6,
precediendo a la Virgen de los Dolores, tras la
cual cerraba la
comitiva la
Vera Cruz.
Poco a
poco fueron sumándose imágenes
salidas de diversas gubias. No obstante, entre
todas las que procesionan, caben destacar las talladas
por el imaginero granadino Pablo de Rojas7,
autor del Santísimo Cristo Cucificado8 y
José Navas
Parejo, natural de Alora, considerado malagueño
por los malagueños y granadino por los granadinos,
autor de los grupos escultóricos de la Oración
del Huerto y la Flagelación.
El
Santísimo
Cristo Crucificado es una impresionante imagen
de Cristo en la Cruz atribuida al primer gran
imaginero
granadino del barroco, Pablo de Rojas (S.XVI-XVII)
y la policromía, por tanto, a Pedro de
Raxis9. Ambos pertenecían a una familia
de numerosos pintores y ensambladores.
Representa a Cristo crucificado
con tres clavos, muerto, suspendido sobre una cruz
policromada en imitación
de carey, formando dibujos geométricos. Los
bordes y remates están dorados. La imagen
mide aproximadamente 1,5 m. de alto por 1,4 m. de
anchura
(con los brazos extendidos).
Muestra
un paño de pureza10 resuelto con muchos pliegues
simplificados y anudado en el lado derecho. La cabeza
se muestra fuerte, enérgica, de expresión
dura, que queda inerte e inclinada hacia la derecha,
dejando descubierto el oído izquierdo. Sobre
la cabeza lleva una corona de espinas y nimbo ambos
en plata. Las piernas las tiene un poco flexionadas
dirigiendo sus rodillas hacia el lado izquierdo de
la imagen. La imagen es de una gran perfección
técnica, siendo los pies su parte más
conseguida.
Santísimo Cristo Crucificado (Actualidad)
Oración del Huerto (Actualidad)
En
1912, José Navas Parejo, realizó,
para la ciudad de Guadix, el grupo escultórico
de la Oración del huerto, compuesto por
Ntro. Padre Jesús, arrodillado y con los
brazos apoyados en una roca, en actitud de orar,
y un ángel
que le ofrece el cáliz de salvación,
pero que, debido a sus grandes dimensiones fue
rechazado por esta población, siendo adquirido
posteriormente por la Hermandad del Huerto de Padul
en 1913. Por su
peso era llevado en carro, menos en 1940 que fue
portado a hombros de los "Gudaris"11.
Los así denominados
eran los presos de guerra de procedencia vasca,
los cuales estaban recluidos en uno de los campos
de
prisioneros existentes por aquel entonces en la localidad.
En
1914 fue entregado otro grupo escultórico
del mismo autor, en esta ocasión encargado por
la Hermandad de la Flagelación. Se trata del
paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la
Flagelación, compuesto por la figura de Cristo
acompañado de los sayones Pilón y Gabiarras.
Representan el momento en que Jesús es azotado
por dos sayones. Jesús se encuentra maniatado,
en una baja columna cilíndrica, por unas sencillas
cuerdas que, además, le atan del cuello.
Los brazos los tiene entrecruzados, atados y
apoyados
sobre la columna, mientras la cabeza la inclina
hacia la
derecha.
No obstante lo dicho, queda flotando en el aire
una duda sobre si los sayones o verdugos eran dos,
como hoy vemos cada Viernes Santo, o tres, como
parece deducirse del siguiente párrafo,
extraído del informe que se redactó,
con motivo de la restauración que se hizo
al grupo escultórico el año 2002,
por Doña María Victoria Novo Navarro,
el cual dice lo siguiente: “Se representa
a Cristo atado a la columna y acompañado
por dos o tres verdugos que rivalizan entre ellos
en brutalidad. Uno de ellos lleva un látigo
de correas de cuero, en ocasiones guarnecidas de
huesecillos o bolas de plomo, otro un haz de varas
y el tercero prepara un nuevo haz de varas para
reemplazar a las que ya se han partido por la violencia
de los golpes."
Flagelación (Principios del siglo XX)
2.- Los cultos de Semana Santa
en 1932
Portada del díptico de los Oficios
(Año 1932)
Por
suerte conservamos, al menos, una copia del díptico que se distribuía a
los fieles de la parroquia, en el que aparecen impresos
los cultos que se llevaban a cabo en la Parroquia de
Padul en el año 1932.
Encontraremos
cosas que nos picarán la curiosidad,
sobre todo el cambio tan drástico de las denominaciones
que tenían algunas de las imágenes
a las que se daba culto en el templo y en la calle.
Comenzaban
los cultos el Jueves Santo cuando, a las diez de
la mañana, se celebraban los Oficios.
Ya por la noche, a las ocho tenía lugar el
Sermón de Pasión, seguido a las diez
por el Miserere, cerrando la jornada, a las doce,
el Viacrucis, por el itinerario de costumbre.
Páginas interiores y contraportada
del díptico de los Oficios (Año 1932)
Ya metidos en el Viernes Santo,
volvían a oficiarse, a las diez como el día
previo, los Oficios. Siendo las cuatro de la tarde se pronunciaba
el Sermón de las Siete Palabras12 y seguidamente,
a las ocho en punto, tenía lugar la Solemnísima
procesión del Santo Entierro.
El orden establecido para esta procesión
era: Oración
del Huerto, Flagelación, Verónica, Cruz acuestas,
Cristo crucificado, Penitentes de capa blanca, Jesús
en los brazos de su Madre, Jesús envuelto en el
sudario, Las Tres Marías13, Penitentes de hábito
negro, Santo Sepulcro, Guardia de soldados romanos, San
Juan, Soledad y Santa Cruz.
Oración del Huerto (Mediados siglo XX)
Flagelación (Mediados siglo XX)
Nazareno (Años 40)
Virgen de las Angustias(Mediados siglo
XX)
Cristo Yacente(Mediados siglo XX)
Virgen de los Dolores (Mediados siglo
XX)
Los fieles acompañantes
debían seguir el siguiente protocolo:
• Los miembros de la Adoración Nocturna se
situaban detrás de la Flagelación.
•
Los niños nazarenos debían ir junto al
Paso del Santo Sudario.
•
La Hermandad del Santísimo iba precediendo al
Sepulcro.
•
La Hermandad de la Virgen de los Dolores precedía
a la sagrada imagen.
El Sábado Santo solo tenían lugar los Oficios
de las ocho.
El Domingo de Resurrección, a las seis de la mañana,
salía a la calle la procesión de las sagradas
imágenes de Cristo Resucitado, San Juan y la Santísima
Virgen.
Cuando se regresaba al templo se daba la sagrada Comunión,
simultáneamente frente al altar mayor y en el sagrario
de Nuestro Padre Jesús. A la conclusión de
este acto daba comienzo la Misa Solemne en la que se predicaba
el misterio del día.
Desde primeras horas del miércoles
hasta los oficios del jueves, sin interrupción,
los sacerdotes permanecían en los confesionarios,
día y noche, dispuestos a confesar a cuantos fieles
se acercasen a la iglesia. Otro tanto sucedía desde
las cuatro de la tarde del Sábado de Gloria.
3.- Religiosidad popular y
costumbrismo en el contexto de la Cuaresma y Semana Santa
de Padul en los años
40 y 50
Ahora nos centraremos en un periodo de la historia de la
Villa de Padul en el que, el final de la Guerra Civil
está aún en la retina de los que la vivieron,
y los años hambruna poco a poco iban quedando
atrás, aunque buena parte del periodo que nos
ocupa fue conocido como los años de los “cuellos
anchos”, debido la extrema delgadez que presentaban
muchos de los vecinos, por la escasez de alimentos básicos
que aún se arrastraba.
En este contexto nos encontramos con un pueblo que afronta
el futuro aferrándose a sus tradiciones y los valores
tradicionales, muchos arraigados desde tiempos inmemoriales
y otros impuestos por el régimen de los vencedores.
No obstante Padul ha sido un pueblo de profundas convicciones
religiosas expresadas siempre, con tanto fervor y pasión,
que la fama de pueblo católico rebasó sus
límites geográficos, mereciendo, en épocas
pasadas, el calificativo de "pequeña
Roma".
Si echamos la vista atrás, podemos constatar que
la religión ha sido parte fundamental de la vida
de nuestros antepasados, de tal manera que podemos asegurar,
sin temor a equivocarnos, que todos los actos de su día
a día estaban fuertemente influenciados por ella.
De todas las fiestas religiosas ninguna se celebraba en
Padul con tanta devoción e intensidad como la Semana
Santa. El recuerdo de la muerte de Cristo empieza a vivirse
desde el momento mismo del comienzo de la Cuaresma. El
Miércoles de Ceniza, a cuya imposición acudía
el pueblo en masa.
Se abría, a partir de ese día,
una especie de paréntesis en la normalidad cotidiana
que ya no se cerraba hasta el Sábado de Gloria,
como era denominado el Sábado Santo hasta la reforma
litúrgica
de 1955, con la misa de Resurrección. Los que podían
costeárselo obtenían los beneficios de la "bula"14,
entregando el correspondiente óbolo en la parroquia.
Además se guardaban escrupulosamente los restantes
días de ayuno y abstinencia.
Comenzaba entonces un cambio radical de costumbres, entre
otras las alimenticias, adaptándose plenamente a
las disposiciones litúrgicas e imposiciones eclesiásticas.
Para ello, el saber popular sabía aprovechar los
productos que daba la tierra.
La comida principal de cada viernes o día de vigilia,
solía consistir en un plato de potaje de garbanzos
con acelgas y bacalao (el jamón de los pobres, como
era conocido).
Las familias que buenamente podían se estiraban
para esos días y las mujeres se afanaban haciendo
pestiños, roscos de huevo o batatines de calabaza,
con los que endulzar las amarguras de la Cuaresma.
En plena Semana Santa se sumaban al repertorio
gastronómico,
las humildes torticas de masa, cuya base era y sigue siendo
la masa de pan sin cocer, la cual, estirada y cortada en
tiras, se freía en aceite y se servía para
la merienda, espolvoreada con azúcar o con un generoso
chorreón de miel negra o miel de caña, acompañándolas,
quien podía, con una taza de chocolate o un café de “pucherillo”15.
Los días previos al Domingo de
Resurrección, las tahonas, hacían los “hornazos”,
donde el huevo crudo y con su cáscara, rodeado
de pan de aceite y cruzado por dos tiras de la misma
masa, se horneaba hasta que todo quedaba cocido.
Ese día
jubiloso, los mozos y mozas se marchaban al campo,
y una multitud se dirigía hacia
la Barriada de Marchena, perteneciente al vecino
municipio de Dúrcal. Allí, en las
inmediaciones de la “La
Mezquita”16,
daban rienda suelta a su alegría, relajándose,
por dejar atrás los duros días de
Cuaresma.
El ambiente
de religiosidad y fervor alcanzaba su máxima
expresión en la Semana de Pasión que
se iniciaba con el Domingo de Ramos.
Edificio conocido como “La
Mezquita” (En la actualidad)
La procesión de las
palmas tenía lugar en la plaza de la iglesia. Las
personas que participaban en ella lo hacían por
rigurosa invitación del Ayuntamiento, que era, como
lo es en actualmente, el encargado de comprar las palmas
cada año. Normalmente se invitaba a las autoridades
locales (civiles y militares), médicos, maestros
y algún que otro destacado vecino; en definitiva:
las "fuerzas vivas" de la localidad.
Durante la semana se sucedían numerosos
actos en la iglesia, en la que, previamente, se habían
cubierto con un espeso lienzo morado todas las imágenes,
el retablo del altar mayor y los confesionarios, así como
el altar o situado sobre el sagrario que, a modo de baldaquino
o altar principal, hoy desaparecido, estaba separado y
adelantado con respecto al retablo, existiendo tras el
mismo una estrecha escalera de madera que permitía
acceder la peana del altar o cruzarlo de uno a otro lado,
sin pasar frente al sagrario o el oficiante. En este altar
se situaba la imagen de Jesús Resucitado.
Los sacerdotes, se veían desbordados ante las interminables
filas de hombres y mujeres que se concentraban frente a
los confesionarios para cumplir con el precepto de la confesión.
El Jueves Santo se convertía en un continuo ir
y venir de gente, poseída por una febril actividad.
Por la mañana se celebraban los oficios, en los
que se realizaba la ceremonia de la bendición del
verde. Era esta una curiosa y arraigada costumbre, propia
de los pueblos agrícolas, consistente en llevar
haces de verde a la iglesia, para ponerlo en el suelo al
paso de la procesión por las naves laterales, para
depositar el Santísimo en el monumento. Los niños
eran los protagonistas principales de este acto y el verde,
una vez cumplido su cometido, se daba de comer a los animales.
Por la tarde tenía lugar el Sermón de Pasión
y seguidamente, aunque en ocasiones cambiaba el horario,
tenía lugar la procesión del Silencio, recorriendo
las calles haciendo el Vía Crucis, rezando las estaciones
frente a las numerosas cruces que se levantaban por todo
el pueblo. El recogimiento era impresionante y el silencio,
que le daba nombre, solo se veía alterado por las
voces de las cantoras y el sonido de los instrumentos que
acompañan su canto. Así, frente a la Cruz
de la calle Encrucijada, que a la sazón era la Tercera
Estación, las tres imágenes que procesionaban,
nuestro Padre Jesús Nazareno, San Juan y la Virgen
de los Dolores, hacían un alto en su caminar. Varios
músicos entonaban las notas del Vía Crucis
y un grupo de cantoras decía:
Lleno de amor sin medida,
Camina el Señor cargado,
Con la cruz que le han formado,
Los excesos de tu vida.
Luego, tras una frugal comida, la gente
volvía,
de nuevo, al templo para rezar los Credos17, cumpliendo
así con una antigua tradición que todos respetaban.
Era esta una de las raras ocasiones que los matrimonios
salían juntos.
El Viernes Santo era el día más
esperado por todos. Desde las primeras horas de la tarde
el tranvía de la línea Granada-Dúrcal,
casi siempre provisto de jardinera, por la gran afluencia
de viajeros, iba dejando en la estación un cargamento
tras otro de personas que llegaban para asistir a la procesión.
El desfile de gente, desde la estación hasta la
iglesia, que, por cierto permanecía siempre abierta,
era incesante durante toda la tarde.
Las imágenes procesionaban, por lo general, a hombros
y algunas en carrillos. La única que procesionaba
sobre un trono era la de San Juan. Dicho trono, realizado
el año 1954, era obra del carpintero paduleño
Juan de Dios Moreno, el cual cobró por su trabajo
la suma de 40.000 pesetas. Posteriormente, ese mismo año,
realizó también el trono de la Oración
del Huerto, siendo 60.000 pesetas el importe de éste.
Cristo Resucitado (Año 2010)
La
misa de Resurrección se celebraba
el Sábado, rondando la media noche, y cuando
el oficiante entonaba ¡Gloria
in excelsis Deo!18, se producía una explosión
de alegría.
Ante la multitud expectante, caían pesadamente
hacia los lados las cortinas que ocultaban la imagen
de Jesús Resucitado, en una escena no carente
de teatralidad. Las campanas repicaban a Gloria,
los monaguillos hacían sonar sin cesar las
campanillas y los fieles prorrumpían en
aplausos, mientras carracas, panderetas y sonajas
saturaban con sus
sonidos el interior del templo.
Fuera,
al escucharse el toque de las campanas, las mujeres
salían a las puertas de sus casas, haciendo
sonar con fuerza los almireces, mientras los niños,
al grito de ¡Gloria!, ¡Gloria! , recorrían
las calles arrastrando latas y haciendo, sonar con
estridencia los collares de cascabeles y cencerros
que se colgaban al cuello.
Como colofón de la Semana Santa,
en la madrugada del Sábado de Gloria al Domingo
de Resurrección, se celebraba, a la carrera como
era tradicional, la procesión del Resucitado, aunque
todo el mundo la llamaba la de los "Júas".
En todo el recorrido se habían colgado numerosos
peleles, rellenos de paja o hierba, que los jóvenes
derribaban en medio de la general algarabía. Como
siempre los gritos de "Júas, Júas" no
dejaban de oírse durante toda la noche.
Procesión del Resucitado o Procesión
de los “Júas” (2003)
Terminados
los actos religiosos de la Resurrección, Angustias “la
Sacristana” y
Don Benjamín González Molina, párroco
que sucedió a Don Adrián López Iriarte,
repartían, año tras año, agua bendita
entre una multitud de fieles que acudían a pedírsela.
Esta agua era usada, ocasionalmente, en alguno de los muchos
actos religiosos que los vecinos, principalmente las mujeres,
tenían costumbre de celebrar en sus propios domicilios19,
porque existía una especie de "religiosidad
oficiosa” muy arraigada en Padul.
Curiosidades a destacar
de este tiempo son, por citar algunas que a buen seguro
le sonarán a muchos de
ustedes:
Todas las emisoras de
radio solo emitían
música clásica o sacra, así como
saetas. La única licencia que se concedía
a esta programación venía dada por el
Diario Hablado de Radio Nacional, popularmente conocido
como “el
Parte”, con
el que puntualmente, cada hora, conectaban obligatoriamente
todas las emisoras de España.
Los
cazadores, así como los que poseían escopetas,
las colgaban con los cañones hacia abajo.
Las parejas de la Guardia Civil, hacían
sus rondas portando sus mosquetones con la bocacha del
cañón apuntando al suelo, modo de portarlos
denominado “a la
funerala”.
A la cocina doméstica
también llegaban
las estrictas costumbres de Semana Santa, siendo así que
las mujeres debían dejar de usar los almireces,
para que no emitiesen su característico sonido
cuando se usaban para machar los condimentos.
En los
días principales de la Semana de Pasión:
Jueves y el Viernes Santo, los monaguillos, provistos
de carracas, dado que las campanas enmudecían
durante estos días, recorrían las calles
del pueblo anunciando, con el estridente sonido de los
instrumentos que portaban, la celebración de los
Santos Oficios.
Así mismo
cerraban sus puertas bares y tabernas hasta el Sábado
de Gloria.
Las parejas de novios estaban obligados a dejar
de verse durante el Jueves y Viernes Santos, no pudiendo
volver
a reunirse el hasta el Sábado de Gloria.
Incluso
los “gañanes”20,
arrieros, pastores y vaqueros, retiraban los cencerros
y campanos
de las jáquimas, cabezones y collares de los animales,
o los hacían enmudecer envolviéndolos con
trapos.
El Sábado de Gloria, durante la celebración
de la Misa de Resurrección, cuando se procedía
a encender el Cirio Pascual, las madres solían
enviar a sus hijos a buscar las siete piedras, las cuales,
según la creencia o superstición popular,
protegían del rayo si eran arrojadas a la calle
cuando había tormenta, aunque no debían
tirarse de cualquier forma, ya que la creencia era que
debían tirarse a la calle dándole a ésta
la espalda lanzando las piedras por encima del hombro.
Notas:
Así denominada
por los bultos o protuberancias, similares a burbujas,
que el cantero esculpió sobre el cuerpo de la
misma.
Una anécdota al respecto: una Purísima
de la Escuela de Alonso Cano se encuentra en el retablo
construido en un domicilio particular de Padul porque el
propietario adquirió todas las papeletas del sorteo
por el interés que tenía en poseer dicha
joya.
Así es conocida, desde tiempos inmemoriales la
magna procesión que cada Viernes Santo recorre las
calles de Padul, en la que actualmente intervienen once
hermandades y cofradías.
Hay que hacer mención a que la faz original del
Nazareno fue sustituida por la actual en algún momento,
a mediados del siglo XX, por la que actualmente tiene,
sin que haya quedado constancia del motivo de este cambio,
ni por quien fue realizado. Puede apreciarse la diferencia
en la comparativa fotográfica que se incluye.
Según la tradición cristiana, fue la mujer
que, durante el Viacrucis, tendió a Cristo un velo,
lienzo o paño (el paño de la Verónica,
lienzo de la Verónica o velo de la Verónica)
para que enjugara el sudor y la sangre. En la tela
quedaron milagrosamente impresas las facciones del
Redentor (el
Santo Rostro).
Se le suele rendir culto por su vinculación con
la figura de Cristo, y es muy común su representación
pictórica o escultórica portando el paño.
En ocasiones, el personaje de Verónica se identifica
con el de la Hemorroísa.
El paño de la Verónica sería una de
las reliquias que se consideran “vera icon”;
o sea, verdaderas imágenes de Cristo, como el Mandylion
de Edesa, la Sábana Santa de Turín o
el Santo Sudario de Oviedo.
Prenda ornamental usada por las
mujeres, consistente en un largo velo de tul, negro
o blanco según la
ocasión en la que corresponde lucirlo, que cae a
lo largo del dorso, envolviendo la “teja” o
peineta que antiguamente era de carey, sin llegar al suelo,
y que a su vez se sujeta al pelo en un rodete o moño.
El llevar y lucir con garbo esta penda, así como
la correcta colocación de la misma y la peineta,
es algo dificultoso y su dominio solo se adquiere con el
tiempo y la práctica. También se usa el término
mantilla para designar a la persona que porta viste esta
prenda, como sinónimo de camarera de la Virgen.
Pablo Sardo González nace en 1549 en Alcalá la
Real. Su nombre artístico lo toma del segundo apellido
paterno, Raxis. Pablo de Rojas, entonces, en 1579 establece
taller en Granada, considerándose su trabajo como
el punto de partida de las escuelas sevillana y granadina.
Fue maestro de su paisano Juan Martínez Montañés.
Muchas de las piezas de su producción se tienen
por precursoras de las obras cumbres de artistas posteriores.
Estos motivos, entre otros, hacen que algunos críticos
asuman su figura como la verdadera creadora de la corriente
imaginera en Andalucía, que tanto arraigo ha
tenido durante siglos.
Hubo un periodo de tiempo, comprendido
entre mediados y finales del siglo XX, en que la imagen
del Cristo procesionaba
con una peluca de pelo natural, que cubría la cabellera
que tiene tallada la imagen. También quedaba cubierto
con un tonelete el paño de pureza, que igualmente
está tallado en la misma imagen. Esta prenda fue
de uso obligatorio, tras la Guerra Civil, por voluntad
expresa del párroco de Padul, Don Benjamín
González Molina, el cual había sucedido en
el cargo a Don Adrián López Iriarte.
Bautizado el 16 de febrero de 1555
en Alcalá la
Real, Pedro de Raxis «el Joven» era nieto del
pintor sardo Pedro Raxis «el Viejo», natural
de Cagliari (Italia). Su formación discurrió en
el taller familiar donde, bajo la dirección del
abuelo, trabajaron su padre Melchor Raxis y sus tíos,
Pedro, Nicolás, Miguel y Pablo, más conocido
como Pablo de Rojas, quien llegaría a ser uno de
los principales referentes de la escuela granadina de escultura
y con el que colaboraría Pedro frecuentemente. Se
desconoce si completó su formación con algún
otro maestro fuera del taller familiar, como consta
que hicieron sus hermanos.
También llamado Perizonium [pe?iz?nj?m], perizoma
(del griego: pe????µa, "alrededor de la cintura"),
paño de pureza, linteus (de "lino", en
latín) o lienzo de pureza, son las denominaciones
que suele recibir el paño, lienzo, pieza de tela
o falda corta que, por motivos de pudor, sirvió para
ocultar la desnudez de Jesús de Nazaret durante
su crucifixión, tras el expolio.
Euzko Gudarostea (en español: Ejército
Vasco), de acuerdo con la ortografía usada en la
década de 1930) fue la denominación utilizada
por el pequeño ejército creado por el Gobierno
de Euskadi durante la Guerra Civil Española. También
es conocido como XIV Cuerpo del Ejército Popular,
nombre que recibió tras su integración oficial
y orgánica en el Ejército Popular de la República
con motivo de la política gubernamental de integrar
todas las agrupaciones militares de la zona republicana
bajo una misma organización y dirección.
Las Siete Palabras (Septem Verba
en latín)
es la denominación convencional de las siete últimas
frases que Jesús pronunció durante su crucifixión,
antes de morir, tal como se recogen en los Evangelios
canónicos.
Los dos primeros, el de Mateo3 y el de Marcos,4 mencionan
solamente una, la cuarta. El de Lucas relata tres, la
primera, segunda y séptima.5 El de Juan recoge
las tres restantes, la tercera, quinta y sexta.6 Su orden
es tradicional, no
puede determinarse su orden cronológico.
"Padre, perdónalos porque no saben
lo que hacen" - Pater dimitte illis, non
enim sciunt, quid faciunt (Lucas, 23: 34).
"En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso;
o Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso" -
Amen dico tibi hodie mecum eris in paradiso (Lucas, 23: 43).
"Madre, he ahí tu hijo... hijo, he ahí tu madre";
o "Mujer, aquí tienes a tu hijo... Aquí tienes a tu madre" -
Mulier ecce filius tuus... ecce mater tua (Juan, 19: 26-27).
"Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado" -
Deus meus Deus meus ut quid dereliquisti me (Mateo, 27: 46 y Marcos,
15: 34).
"Tengo sed" - Sitio (Juan, 19: 28).
"Todo está hecho"; o "Todo se ha cumplido" -
Consummatum est (Juan, 19: 30).
"Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" -
Pater in manus tuas commendo spiritum meum (Lucas,
23: 46).
Su interpretación devocional es una comparación
con situaciones por las que inevitablemente pasa la vida
de todo creyente; a la que se suman todo tipo de exégesis.
El mismo texto evangélico atribuye a estas "palabras" un
fin de cumplimiento de profecías del Antiguo
Testamento: sabiendo que ya todo estaba cumplido, y
para que la Escritura
se cumpliera hasta el final (Juan, 19: 28).
Son objeto de particular devoción al ser consideradas
como "verdaderas palabras" de Jesús, condición
compartida con algunas otras expresiones, recogidas a lo
largo de los Evangelios, que pretenden ser citas exactas
(aunque traducidas al griego, excepto una pocas que se
transcribieron literalmente en hebreo o arameo por los
evangelistas y reciben la denominación particular
de ipsissima verba o ipsissima vox).
Trío de jóvenes de la localidad que, ataviadas
con ropajes que rememoran los propios dela época,
desfilan tras la que hace el papel de Virgen María,
que desfila pegada a la cabecera del Cristo Yacente o “Cristo
de la Sábana”, el cual es portado por los
cuatro “Nicodemus”, formando la totalidad,
junto a la Verónica y los Soldados Romanos, la actual
Cofradía de los Pasos Vivientes.
La tradición reza que el Viernes de Cuaresma y
el Miércoles de Ceniza debe regir el ayuno y la
abstinencia de cualquier tipo de alimento durante todo
el día, este sacrificio llega al Viernes Santo donde
la abstinencia sólo será de alimentos preparados
con carne. La excepción a la abstinencia se concede
como privilegio por la Iglesia Católica Apostólica
Romana en forma de documento denominado Bula: el poseedor
de una bula puede ingerir ciertos alimentos en estas épocas,
dependiendo del tipo de privilegio concedido. Dos pesetas
era la media del valor de una bula, pero aunque muchos
fieles la pagaban, a modo de limosna, no podían
ejercer el beneficio o privilegio de la licencia obtenida,
por carecer de medios económicos para poder
comprar los alimentos prohibidos; generalmente carne.
Así era conocida la cocción de cebada tostada
y molida, tomando su nombre popular del cazo o puchero
en que se hervía la infusión. Era la base
del desayuno de la mayoría de la población,
ya que raramente podían permitirse el lujo de tomar “Café del
Bueno”, como se conocía al auténtico
café.
Edificio existente en la barriada
de Marchena, perteneciente al municipio de Dúrcal
que, por su peculiar arquitectura, rememora vagamente
la arquitectura árabe.
Sería más
acertado llamarles “Los
Credos y las Salves”,
ya que el rezo consistía en rezar 33 Credos, uno por cada año
de la edad de Cristo, y 7 Salves, una por cada uno de los Siete Dolores
de la Virgen María (Los siete dolores de María son un conjunto
de sucesos de la vida de la Virgen María que son una advocación
popular y se encuentran frecuentemente recogidos en el arte.1 Estos siete
dolores no se deben confundir con los cinco misterios de dolor del Rosario):
La Profecía de Simeón (Evangelio
de Lucas 2:32-35) o la Circuncisión
de Cristo.
La Huida a Egipto (Evangelio de Mateo 2:13-15).
La
Pérdida del Niño Jesús en el
Templo (Evangelio de Lucas 2:43-45).
Encuentro de
María con Jesús en el Vía
Crucis.
Crucifixión de Jesús (Evangelio de
Juan 19:17-39).
Descendimiento de la Cruz (Evangelio
de Marcos 15:42-46).
Entierro de Jesús (Evangelio
de Juan 19:40-42).
En esta época aún se celebraba la Santa Misa en latín.
Tres ejemplos del uso que se daba
al Agua Bendita, que se llevaba la feligresía pueden ser: La bendición
de cada rincón de la casa, para lo que se esparcían
gotas del bendecido líquido por todas las estancias.
Otro uso que estaba en consonancia más con la superstición
que con la religión propiamente dicha, consistía
en arrojar algunas gotas a la calle cuando había
tormenta, ya fuese para que escampase o para que les librase
del muy temido rayo. Por último, en ocasiones, se
persignaba, con el dedo humedecido en el Agua Bendita,
a los enfermos, al tiempo que se rogaba a Dios por su sanación.
Persona que labra la tierra, arándola con yuntas
de bueyes, mulos, burros o caballos, generalmente por cuenta
ajena. A pesar de las definiciones que se pueden encontrar
en diversos medios, en los que se califica al gañán
como persona de trato difícil, cerrado en su forma
de pensar y usuario de un vocabulario limitado, soez y
pueblerino, el uso que hago del vocablo en este trabajo
solo tiene que ver con la primera acepción que
se menciona en esta nota.
Fuentes:
La totalidad de los datos, contenidos en este trabajo,
han sido adquiridos en parte por el aprendizaje del autor
a lo largo de su vida. No obstante, para contrastar y ampliar
información, se ha procedido a realizar entrevistas
a varias personas de Padul, que seguidamente se detallan,
las cuales, por su edad y conocimientos, son excelentes
referentes del conocimiento transmitido de padres a hijos,
en lo tocante a la temática del presente trabajo.
Por último, me he valido de las redes sociales y
distintas web, que se citarán seguidamente, para
obtener información complementaria.
Personas entrevistadas o que han aportado datos para la
ponencia:
•
Antonia Muñoz Pérez
•
Antonio Villena Muñoz
•
Manuel Gámez Villena
•
Margarita Villena Martín
• Teresa Berdugo Villena
•
Manuela Cordovilla Márquez
•
María del Pilar Jiménez Morales
•
Fernando Muñoz Pérez
•
Lázaro Martín Romera
•
José Antonio Alguacil Villena
•
Encarnación Muñoz Medina
•
Manuel Casares López
Documentación escrita usada para
la ponencia:
Informe de la restauración de la imagen del Santísimo
Cristo Crucificado, redactado por PREDELA CB. Conservación
y Restauración de Obras de Arte, publicado
en www.padulcofrade.com
Informe de la restauración
del grupo escultórico
de Ntro. Padre Jesús de la Flagelación,
redactado por María Victoria Novo Navarro
Restauradora-Conservadora de Bienes de Interés
Cultural, publicado en www.padulcofrade.com
Reseñas
sobre la Hermandad de Nuestro Padre Jesús
en Oración en el Huerto de los Olivos, publicadas
en www.padulcofrade.com desde 2001 a 2013.
Reseñas
sobre la Hermandad de Penitencia y Cofradía
de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la
Flagelación,
publicadas en www.padulcofrade.com desde 2001 a
2013.
Reseñas sobre la Hermandad de Nuestro
Padre Jesús
Nazareno, publicadas en www.padulcofrade.com desde
2001 a 2013.
Reseñas sobre la Hermandad del Santísimo
Cristo Crucificado, publicadas en www.padulcofrade.com
desde 2001 a 2013.
Reseñas sobre la Hermandad
de San Juan Evangelista, publicadas en www.padulcofrade.com
desde 2001 a
2013.
José Villena Molina, Crónicas Medio
Siglo: Posguerra/1966. Colección de artículos
periodísticos,
publicados en el diario Ideal de Granada. Recopilación
editada en forma de libro, patrocinado por el Excmo.
Ayuntamiento de Padul.
Artículos, relativos
a las celebraciones de Semana Santa de Padul ,
publicados en www.adurcal.com
Artículos,
relativos a las celebraciones de Semana Santa de
Padul , publicados en www.adurcal.com
D. Antonio
Villena Muñoz: Iglesia de Santa María
La Mayor, publicado en www.elpadul.es (Textos).
Documentación gráfica usada para
la ponencia sobre la Semana Santa:
Fotografías
cedidas gratuitamente por vecinos de Padul
Copia
escaneada del Díptico de oficios de Semana
Santa de 1932 cedido gratuitamente por un vecino
de Padul que desea permanecer en el anonimato.
Fotografías
realizadas por el autor de la ponencia.
Relación de fotografías:
• 01 - Cruz de piedra de 1676
(Completa) (Autor)
• 02 - Cruz de piedra de 1676 (Cara 1) (Autor)
• 03 - Cruz de piedra de 1676 (Cara 2) (Autor)
• 04 - Cruz de piedra de 1676 (Cara 3) (Autor)
• 05 - Cruz de piedra de 1676 (Cara 4) (Autor)
• 06 - Cruz de los Burbujones (Autor)
•
07 - Oración del Huerto (Principios del siglo
XX) (Cedida)
•
08 - Vera Cruz o Cruz del Santo Sudario (Año
2005) (Cedida)
•
09 - La Verónica (Principios del siglo XX) (Cedida)
• 10 - Crucificado (Principios del siglo XX) (Cedida)
• 11 - Santo sepulcro (Mediados del siglo XX) (Cedida)
• 12 - San Juan (Principios del siglo XX) (Cedida)
•
13 - Mujeres de mantilla (Año 2013) (Autor)
•
14 - Santísimo Cristo Crucificado (Actualidad)
(Autor)
•
15 - Oración del Huerto (Actualidad) (Autor)
•
16 - Flagelación (Principios del siglo XX) (Cedida)
•
17 - Portada del díptico de los Oficios (Año
1932) (Cedida)
•
18 - Página interior del díptico de los Oficios
(Año 1932) (Cedida)
•
19 - Página interior del díptico de los Oficios
(Año 1932) (Cedida)
•
20 - Contraportada del díptico de los Oficios (Año
1932) (Cedida)
•
21 - Oración del Huerto (Mediados siglo XX)
(Cedida)
•
22 - Flagelación (Mediados siglo XX) (Cedida)
•
23 - Nazareno (Años 40) (Cedida)
• 24 - Virgen de las Angustias(Med. siglo XX) (Cedida)
• 25 - Cristo Yacente(Mediados siglo XX) (Cedida)
• 26 - Virgen de los Dolores (Med. siglo XX) (Cedida)
•
27 - Edificio conocido como “La Mezquita” (En
la actualidad) (Autor)
•
28 - Cristo Resucitado (Año 2010) (Autor)
•
29 - Procesión del Resucitado o Procesión
de los “Júas” (2003) (Autor)
•
30 - Procesión del Resucitado o Procesión
de los “Júas” (2003) (Autor)