Son
de cornetas y tambores,
Olor a cera quemá y a incienso de Jerusalén,
Pasos silenciosos y costal para sacar a Cristo a la calle,
Bambalinas al viento y perfume de azahar adornan las calles
para que Nuestra Santa Madre
llore al ver a su hijo sufriendo
entre dolores.
He
querido comenzar con una breve descripción
poética sobre la vivencia que experimenta el
cofrade en estos días de Semana Santa.
No
puede quedar al margen de este tiempo de imaginería,
cera, incienso, trajes de gala, penitentes o mantillas,
una realidad tan palpable como es la hermandad o
la cofradía que se afana por sacar a la
calle un paso de misterio.
Podrá estar bien o mal el gastar todo el
dinero que se necesite para ponerlo en la calle;
vestir a la imagen que portan; pagar las bandas que
acompañan durante el recorrido; su ayuda en
obras de caridad y otros menesteres. Sin embargo,
sin las cofradías/hermandades ningún
pueblo y ciudad de España tendría
esa fe tan viva.
En la imagen diferentes cofradías (Lanjarón
y Padul) que acompañaron durante el Vía
Crucis del día 1 de diciembre de 2013 en Albuñuelas
La Semana Santa
debemos reconocer que se “masca la fe”, es cuando
más se aprecia, cuando se percibe con los ojos físicos,
también durante el tiempo de Navidad, pero es ahora,
sobre todo con la Pasión y Muerte de Jesús
cuando la fe asalta la calle.
La fe se refleja en el costalero que va
a ensayar cada noche, da igual que haga frío, calor,
este cansado o le duele el cuerpo. Se pone la faja, la ropa
y el costal y le pide a Dios o a María que pueda aguantar,
que sus dolores se vayan y pueda ensayar. No importa nada
mas, únicamente ensayar, levantar ese peso y caminar
siguiendo las órdenes de los capataces y contraguías.
La fe se refleja en el penitente o en la chica de mantilla
que acompaña durante el cortejo o a quien realiza
una promesa.
No se quedan al margen las Cofradías/hermandades,
pues es cuando sus Cúpulas Directivas se centran en:
organización, coordinación, acompañamiento,
embellecimiento, regulación y una infinidad de tareas
que al igual que las hormigas va realizando durante todo
el año, para en su salida poner a Jesús y a
su Santísima Madre al alcance de todo fiel.
Horas de reuniones, de supervisar los detalles, de buscar
las imágenes que luego servirán para el cartel.
La cofradía/hermandad quiere que durante la Semana
Santa su agrupación sea el orgullo de todos sus miembros,
por eso trabaja tan enconadamente, para conseguir que el
misterio/s que tiene/n como titulares reciban la admiración
de quien lo contempla.
Un paso de misterio no es simplemente madera y plata bonita,
es esfuerzo, es una apuesta de futuro, es una huella cristiana
que tiene la raíz en la familia cofrade. Son miles
de miles de horas dedicadas a una meta a largo tiempo, que
va de Semana Santa en Semana Santa.
Se hace una vivencia diferente a la que puede tener otra
persona que lo único que hace es ver pasar el paso
de misterio delante de sus ojos, y no se implica en ese “mundo
oculto” de las cofradías/hermandades.
Los floristas, las costureras, los cereros, vestidores,
camareras y un larguísimo etcétera de profesiones
que durante estos días no dan abasto para que la Semana
Santa salga bien, para que los pasos luzcan lo más
bellamente.
Las madres y abuelas, se desviven por tener todo preparado
para que hijos, nietos y hasta biznietos salgan en los cortejos
o puedan lucir la ropa de penitente o de mantilla que tanta
ilusión hace al chico y la chica que sale por primera
vez o que no falta un año.
También es momento de acordarse
de todos los hermanos y hermanas que están impedidos
y que en este tiempo lloran por no poder participar.
La fe es
un tesoro que va en vasijas de barro, nos dice la Iglesia,
es cierto, en estos tiempos de crisis
es lo único que nos queda a los cristianos,
para soportar el camino de la cruz que vivimos
diariamente.
Debemos cuidar
entre todos que los jóvenes
vuelvan a llenar los templos, se sientan involucrados
en las hermandades y cofradías, que son, el
futuro de la fe. Sobre todo porque son quienes “la
manejan”, las cofradías/hermandades es
donde un cristiano se junta con otro cristiano y entre
tertulias rezan un padre nuestro, una salve, un el
rosario o el vía crucis o cualquier otra oración
piadosa. Es pues, un núcleo fundamental donde
se une lo humano y lo divino y donde hay que poner
empeño en fomentar hábitos cristianos.
Acompañamiento de las diversas cofradías
de Padul, Paterna del Rio, Dúrcal, Lanjarón
con la anfitriona Albuñuelas
Quiero terminar
de la misma forma que comencé, con un verso pequeño
propio.
Pasos vacilantes,
tintineo de bambalinas,
y luces parpadeantes.
Sale el paso
de misterio, “al cielo con él”,
dice el capataz, y todos los costaleros notan la fuerza que
Jesús y María les quiere brindar cada paso
del camino,
cada paso del destino que los acerca al Monte
Calvario donde Jesús morirá.
Que traigan
una escalera para que pueda tener a mi Cristo desecho entre
los brazos,
para que pueda tenerlo un ratito
más, antes de entregarlo al sepulcro del tiempo y
que no lo vea jamás.
Llora María
Magdalena,
Llora María de la de Cleofás.
Llora la
Santísima Virgen que ya no puede más,
San Juan la sostiene,
Nicodemo la admira y yo ofrezco esta
coplilla por la Semana Santa que brilla,
tanto como la luna
llena que verá Nuestro Padre Jesús Nazareno
recorrer las calles de mi pueblo,
mientras llora durante
amargas horas su Madre Celestial.