"LA RELIGIÓN
DE LAS VARAS DE MANDO, LA OTRA CARA DE LA MONEDA"
PGM
Padul, 10 de octubre de 2015
La
religión de las varas de mando,
como algunos la llaman, es aquella que dedica parte de
sus ingresos a obras benéficas, aunque muchas
veces intenten confundirnos. Cabría preguntarse
pues, de dónde salen esos ingresos. Pues bien,
la religión de las varas de mando año tras
año y casa por casa recogen el dinero de las cuotas
de sus cofrades. Pero no proceden sólo de ahí los
ingresos, muchas Hermandades y Cofradías organizan
actividades, sorteos, venden lotería… incluso
ponen a la venta pequeños artículos relacionados
con la(s) Sagrada(s) Imagen(es) de su(s) Titular(es)
para obtener pequeñas ganancias con las que poder
sustentar los gastos que toda Hermandad y Cofradía
tiene.
Sobradamente
sabemos los gastos ordinarios que tienen entidades como éstas:
gastos propios del mantenimiento de la Casa de Hermandad
(luz, agua, IBI [sí, señores, nosotros pagamos
este impuesto]…), gastos de flor, bandas de música,
cirios… Y gastos extraordinarios que con mucho trabajo
y dedicación, la religión de las varas de mando
consigue obtener nuevos enseres, restaurar su Sagrada Imagen
o su paso (o trono), adecentar su Casa de Hermandad, hacer
nuevas ropas de nazaneros o monaguillos... La religión
de las varas de mando, como no podría ser de otra
manera, también trabaja para engrandecer todo lo posible
a su(s) Sagrado(s) Titular(es).
Pero claro, hay gente a la que no le interesa decir que
la religión de las varas de mando también se
mueve en beneficio del resto de su comunidad (sean o no cofrades).
La religión de las varas de mando hace campañas
de recogidas de alimentos para los que no tienen lo suficiente
para vivir en épocas concretas como el Adviento y
la Navidad o durante todo el año, también organiza
recogidas de tapones para ayudar a los niños que tienen
enfermedades, dan difusión a través de sus
medios de posibles donaciones de médula o incluso
regalan objetos que parecen insignificantes pero que pueden
ayudar a que la calidad de vida de cualquier niño
o de cualquier persona mejore considerablemente. Además,
la religión de las varas de mando también usa
días festivos como las cruces para organizar barras
en para ayudar a estas personas.
Además, la religión de las varas de mando
también, si tocan a su puerta (o incluso a veces sin
tocar) ayuda a personas que lo están pasando mal poniendo
su granito de arena ya sea económicamente o simplemente
apoyando a esas personas. Sí, la religión de
las varas de mando también hace compras a la gente
que lo está pasando mal y da donativos a entidades
como Cáritas o Manos Unidas.
La religión de las varas de mando también
dedica parte de su dinero a la Iglesia, sí. Ayuda
a la misma de manera general (según los Estatutos
Eclesiásticos hay que dar un 10% de los ingresos ordinarios)
y cuando existen obras extraordinarias que suponen un gasto
extra ya sea aportando dinero en efectivo o trabajando en
actividades como una barra en días festivos y destinando
los beneficios a estas obras extraordinarias.
Y sí, también lo tengo que reconocer, la religión
de las varas de mando también saca las VARAS DE REPRESENTACIÓN
(que no de mando, porque las únicas varas de mando
que yo conozco son las que se le dan a determinados alcaldes
y alcaldesas de algunos ayuntamientos o a los presidentes
de las comunidades o diputaciones) las saca en CONTADAS ocasiones
en Estaciones de Penitencia, Salidas Extraordinarias o procesiones
como la del Corpus Christi o el Domingo de Resurrección.
Pero que no os confundan: las varas de representación,
que no de mando, no se sacan para que la gente vea el poder
de nadie, ni los cargos, ni nada del estilo. Estoy segura
que más del 90% de las personas que portan una vara
de representación en cualquiera de las ocasiones anteriormente
expuestas probablemente si les preguntaran, preferirían
ver la procesión desde fuera que hacer la tarea de
representación de su Hermandad o Cofradía.
Las varas de mando (como algunos las llaman), al igual que
los estandartes o la bacalá se usan como representación
y nunca con la ostentación de que la gente quiera
aparentar algo que no es ni creerse más ni mejor que
nadie. Lo que yo llamo la obligación del cargo tiene
tareas tan bonitas como la intimidad de vestir a tu Sagrado
Titular o preparar con cariño y esmero cada detalle
de su Estación de penitencia y tareas a veces un poco
arduas como las de representarla allá donde sea invitada.
La religión de las varas de mando no representamos
a personas concretas, representamos Sagradas Imágenes,
representaciones del propio Jesucristo o de su Madre, de
sus discípulos… A los que nos llaman de la religión
de las varas de mando tenemos la suerte de llevar a nuestro
Sagrado Titular allá donde sea requerido.
Así que… ¡Que no os engañen! Que
a mi juicio, la religión de las varas de mando no
es tan hipócrita ni tan farisea como dicen. Sí que
es verdad que nuestra fe no puede basarse en eso solamente,
puesto que una Estación de Penitencia debe basarse
en el convencimiento pleno de que somos nosotros los cirineos
de Cristo en sus horas más difíciles. Debemos
tener una fe bien consolidada y fundamentada en la Eucaristía
Dominical y en el cumplimiento de los mandamientos. Pero,
aún así, siempre y cuando nosotros lo que hagamos
lo hagamos con el pleno convencimiento de que lo estamos
haciendo bien y con buenas intenciones, lo que estamos haciendo
no es tan malo como nos lo pintan. Y sino, juzgar por vosotros
solos... ¡pensad y observar con actitud crítica
lo que sucede a vuestro alrededor! Que no os hagan creer
que todo lo que hacemos está mal. Habrá muchísimas
cosas que mejorar, pero hacemos mucho bien y sino, ahí están
los hechos.