PROCESIÓN DE SANTA
ANA Y SALIDA EXTRAORDINARIA DE NUESTRO PADRE JESÚS
NAZARENO EN RESTÁBAL
Isaac Palomino
Ruiz
Restábal, 28 de julio de 2015
26 de Julio
de 2015, un día de Santa Ana extraordinario en todos
los sentidos. Amaneció Restábal con el estallido
de los cohetes y el repicar de campanas cuando despuntaba
el alba. A las 7 de la mañana se ponía en
las calles el Rosario de la Aurora presidido por la imagen
de Santa Ana, titular de las fiestas y copatrona de la
localidad. En su honor se celebró la santa misa
a las 12 de la mañana, en el interior de la iglesia
parroquial de San Cristóbal. Dispuestas en el presbiterio,
sobre sus pasos procesionales, estaban las tallas de Santa
Ana y San Cristóbal, patrón de la localidad.
Pero este año era especial, había una presencia
más, otra mirada atendía a los restabeños
desde la capilla sacramental. Sobre su paso procesional,
Nuestro Padre Jesús Nazareno esperaba participar
en la procesión vespertina. Con este acompañamiento
extraordinario de la imagen de Jesús, y sólo
por este año, se celebraba el décimo aniversario
de su llegada y bendición al pueblo de Restábal.
A la caída de la tarde el alegre repicar de campanas desde la esbelta
torre, insignia de Restábal, convocaban a propios y extraños al
acto principal de las fiestas, la procesión de la abuela Santa Ana. Pasadas
las 8 de la tarde se abrían las puertas del templo para realizar la última “igualá” de
los costaleros de San Cristóbal. Acto seguido llegaban las hermandades
de pueblos vecinos, invitadas por la Hermandad de Nuestro Padre Jesús
Nazareno y Nuestra Señora de los Dolores de Restábal. Así acudieron
las hermandades de Ntro. Padre Jesús Nazareno y Ntra. Señora de
las Angustias de Albueñuelas; Ntro. Padre Jesús Nazareno y Virgen
de los Dolores de Pinos del Valle; Purísima Concepción y Santo
Cristo del Zapato de Talará y los Mayordomos de San Antonio y Virgen del
Rosario de Melegís.
Cerca de las 9,30 se ponía el cortejo en
una plaza de la Iglesia bastante
concurrida de público. Tras la cruz parroquial, el paso con Santa Ana
se hacía a las calles recibido por una estruendosa salva de cohetes. El
estandarte de San Cristóbal abría el tramo que precedía
a las andas del patrón, que volverá a salir en sus fiestas de Diciembre
acompañado por la patrona de Restábal, la Virgen del Rosario. Detrás
ponía la nota musical la banda del Carmen de Dúrcal. Tras ella
daba inicio el cortejo de Ntro. Padre Jesús, encabezado por su estandarte,
al cual seguían dos filas integradas por fieles en general y por hermanos
de la cofradía. Cerraban las hermandades invitadas portando báculos
y estandarte. En la presidencia, delante del paso, diversos hermanos de la Hermandad
restabeña centrados su bandera, insignia que se estrenaba para esta ocasión
tan especial. Junto a ellos, el párroco y consiliario de la hermandad,
don Javier Sánchez Pereira precedía al paso del Señor de
Restábal, Nuestro Padre Jesús Nazareno, que lucía su nueva
túnica de cola en terciopelo morado. Un amplio grupo de fieles cerraban
el extenso cortejo tras las andas del Señor.
Con
el inicio de la procesión se ponía en marcha otra de las novedades
del día, el discurrir del recorrido procesional de forma inversa a la
habitual. En esta ocasión, salió en dirección al Barrio
Bajo, en cuya plaza de la Santísima Trinidad se cantó la salve
propia de Restábal, al igual que se hizo en la “Puerta de la Virgen”,
centro neurálgico del Barrio Alto, desde el cual regresó al templo.
De nuevo en la plaza de la Iglesia tuvo lugar el disparo del castillo de fuegos
artificiales, con los tres pasos dispuestos ante la fachada del templo. A las
doce de la noche hacían su entrada las veneradas imágenes, dando
lugar al ritual del nombramiento de nuevos mayordomos de Santa Ana para 2016,
canto de la salve con sus vítores de rigor, y bendición. Concluía
así una procesión de más de dos horas, marcada por el intenso
calor en la noche restabeña.
Los pasos de
Santa Ana y San Cristóbal lucían
exornados con clavelines, lisiantum y lilium rosa y blanco
respectivamente, costeado por la mayordomía
organizadora de las fiestas. Mientras que Ntro. Padre Jesús lucía
centros y esquinas a base de lilium blanco, rosa morada y lisiantum color
lila, un exorno floral con el que su Hermandad ha querido imprimir un carácter
glorioso a esta salida extraordinaria.
Hay que destacar otra de las grandes novedades de esta procesión, sino
la que más, el estreno de la cuadrilla de costaleros de San Cristóbal.
Un grupo que con esfuerzo y dedicación han hecho posible que la imagen
del patrón vuelva a salir a hombros, en este caso sobre unas nuevas andas
procesionales costeadas por la Hermandad de Jesús. Sin duda el buen trabajo
de esta cuadrilla, capitaneada por su capataz Francisco Delgado, ha despertado
grandes emociones e ilusiones insospechadas portando al buque insignia de la
Fe restabeña de manera magistral.
En relación con las novedades, cabe mencionar la citada bandera de la
Hermandad, que fue bendecida en la eucaristía del sábado 25 de
julio. Muestra el escudo de la misma, con los anagramas de ambos titulares, bordado
en hilo de oro sobre terciopelo burdeos. Es obra de Juan Spitzley, del taller
granadino “Corpus Christi”.
Un día de Santa Ana diferente, novedoso, emocionante, extraordinario.
Donde cada devoción tuvo su sitio en tan magna procesión, Santa
Ana como titular indiscutible, San Cristóbal volviendo a hombros de su
pueblo, y Ntro. Padre Jesús con su presencia de excepción, siendo
en este día más que nunca “Señor de Restábal”.