LA HERMANDAD DE NUESTRO
PADRE JESÚS
DE LA FLAGELACIÓN: UNA VIGOROSA CENTENARIA
Francisco Molina
Muñoz
Director de Padul Cofrade
Padul, octubre 2014
El día de ayer, 26 de octubre
de 2014 para más señas, amaneció aparentemente
como cualquier otro día de este tibio otoño.
Sol y nubes altas, una temperatura de 23ºC y ningún
viento. Pero algo se iba palpando en el ambiente, acrecentando
el sentimiento de nerviosismo que se percibía
en el ambiente desde que se anunciaran las celebraciones
que se avecinaban, más aún desde que
se hizo público el cartel anunciador de las
mismas…
Sí, la Hermandad
de Penitencia y Cofradía
de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la
Flagelación se disponía a celebrar
el centenario de la llegada a Padul de la imagen
de su Sagrado Titular, obra del imaginero malagueño-granadino
José Navas Parejo, cumpliéndose, por
tanto, este año el primer centenario de esta
efeméride.
Bien de mañana
comenzaron los preparativos necesarios para la celebración
de la Santa Misa al aire libre, siendo el lugar elegido
por el párroco de Padul
D. Cristóbal Sánchez Liñán,
como ya ocurrió el pasado año con la procesión
extraordinaria con, motivo de la finalización del
Año de la Fe, el patio del antiguo Convento de las
Monjas.
Coincidía la fecha, además, con la
celebración del día del DOMUND, para
lo cual se volvió a requerir el buen hacer del
afamado chef de cocina Diego Morales, para que, tal
como ya se hiciera el pasado año, se cocinase
un arroz para servirse a los comensales una vez concluida
la celebración de la liturgia.
El Coro Rociero Al-Badul, de Padul, contribuyó a
darle aún más solemnidad y realce a la
celebración de la Santa Misa, la cual fue seguida
por una nutrida multitud de creyentes que quisieron
acompañar a la Hermandad de la Flagelación
en tan señalada celebración.
Concluida la misa llegó el momento de reponer
fuerzas, y que mejor modo que con un exquisito plato
de arroz, cocinado por un elenco de chefs de cocina
de renombre. Así se distribuyeron centenares
de raciones de arroz cuyo precio simbólico
era un donativo para los fines de caridad de
la iglesia.
Llegaron después unas horas de descanso para
todos, excepto para los hermanos de la Flagelación,
los cuales se afanaban por dar los últimos retoques
a las imágenes, al paso y al protocolo de la
procesión extraordinaria que comenzaría
puntualmente a las seis de la tarde.
Una a una fueron llegando las representaciones
de todas las Hermandades y Cofradías de
Padul, a las que se sumaron la Hermandad del Santísimo
Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Nuestro
Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras,
María Santísima del Dulce Nombre
y San Juan Evangelista de Granada, la Cofradía
de Penitencia de Jesús del Ecce-Homo y María
Santísima de la Salud y Esperanza de Lanjarón
y la Hermandad Sacramental de San Francisco de
Asís y Santa Clara y Real Cofradía
de Jesús Cautivo y María Santísima
de la Encarnación de Granada, todas ellas
con una nutrida representación.
Llegaron las seis de la
tarde y, con puntualidad absoluta, iniciaba su marcha
la Cruz Guía de la Hermandad de la Flagelación,
tras la cual un numeroso grupo de acompañantes,
portando velas, formaban dos filas que precedían
a las representaciones de las distintas hermandades y
cofradías presentes.
La Banda de Cornetas
y Tambores de Nuestro Padre Jesús
de las Tres Caídas de Granada, desgranó las
notas de la Marcha Real, mientras que el paso plateado
que portaba a Jesús Flagelado salía,
poquito a poquito, a paso corto, de su Casa de Hermandad
a la calle Horno, justo al pie del pretil de la plaza
de la Iglesia de Santa María la mayor; varió hacia
la derecha para descender por la calle Iglesia y encarar
el estrecho paso por la “Buehega”, antes
de girar hacia el lavadero. Mención especial
merecen en este caso las excelentes interpretaciones
de la banda, así como la seriedad y decoro con
que acompañaron a Jesús Flagelado.
Tras el paso de la comitiva
por la calle Mariana Pineda, se adentró en la
calle Carmen hasta llegar a la divisoria entre las plazas
de España y la Purísima, para continuar
por las del Cura y Encrucijada. Ya quedaba menos y tras
uno metros andados por la calle Escuelas se pasó,
en la calle Cubos, ante la Casa de Hermandad del Santísimo
Cristo Crucificado, en cuyas puertas abiertas esperaba
la representación corporativa de la hermandad.
Después otros pocos metros por la calle Molino
y, tras una “revirá” a la izquierda
de llegó, por la calle San Isidro, a la Casa de
Hermandad de San Juan Evangelista, siendo igual que en
el caso anterior el recibimiento prestado al paso de
la Hermandad de la Flagelación. De aquí a
la calle Pósito para, llegada de nuevo a la calle
Iglesia, ascender a la calle Horno. Pero no acabó la
procesión al llegarse a la Casa de Hermandad de
la Flagelación, sino que como muestra de respeto
y hermanamiento, siguió avanzado los pocos metros
que separa su casa de la de Nuestro Padre Jesús
Nazareno, frente a cuya puerta, donde esperaba, como
en el resto de las casas de hermandad, esperaba la representación
de la Junta de Gobierno de la misma. Llegado a este punto,
el paso, a las órdenes del capataz, hizo un giro
de ciento ochenta grados para volver a su casa, en la
que entró, a los sones de la Marcha Real, pasadas
las ocho y media de la tarde.
Tras recogerse la hermandad, se invitó a
los asistentes a un pequeño refrigerio, en el Centro
Cultural Federico García Lorca, donde se entregaron
pergaminos de recuerdo y agradecimiento a las cofradías,
agrupaciones, entidades y personas que han apoyado o colaborado
en los preparativos y desarrollo de la celebración.
Entre
las muchísimas cosas positivas a destacar
solo señalaremos unas pocas:
Un
cartel anunciador acorde con la celebración
que se anunciaba, obra de Francisco Molina Muñoz.
La
climatología que fue inmejorable “aunque
se hubiese hecho por encargo”. Cielo, temperatura
y viento fueron ideales para procesionar.
La
respuesta popular, que arropó y ayudó activamente
a la hermandad centenaria en todos y cada uno
de los actos realizados en el día.
Las
hermandades, que con su numerosa representación
manifestaron su respeto y hermanamiento con la
Hermandad de la Flagelación.
La
Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre
Jesús de las Tres Caídas de Granada,
que no cesó de interpretar, magníficamente,
marchas durante todo el recorrido.
Solo una nota negativa
que para nada empaña la solemnidad de la celebración
ni la alegría de los que de ella participamos:
Me refiero
al exiguo itinerario “impuesto” para
tan señalada efeméride, a pesar de los
deseos expresados por la propia hermandad, que pretendía
hacerlo más extenso y acorde con la ocasión.
En fin, cada palo que aguante su vela y el responsable de
la decisión debería reflexionar sobre la idoneidad de esta y
otras que con escasa fortuna decidió tomar.