LA VIRGEN DE ENCARNACIÓN
REGRESA A SAN BENITO CON VARIAS SORPRESAS
Eduardo Ridaura
Gerente de Velas Ridaura
Publicado el 14-10-2014
Quienes
asistan el próximo Martes Santo sevillano prestarán
más atención que en ocasiones anteriores
al rostro de la Virgen de la Encarnación en la salida
procesional de la Hermandad de san Benito. La imagen ha
sido sometida recientemente a una completa restauración
y un meticuloso trabajo de investigación por parte
de Juan Manuel Miñarro, quien ha sorprendido a todos
con varios hallazgos y descubrimientos derivados de su
trabajo.
Restauración
de la Virgen de la Encarnación
Coincidiendo con los primeros días del verano, la
imagen titular de la Hermandad de san Benito de Sevilla entraba
en los talleres de restauración para someterse a un
trabajo de investigación y restauración, enclavados
en el programa de mantenimiento de los titulares. Durante
cuatro meses la imagen fue escrupulosamente estudiada por
Miñarro, quien se valió de los equipos y pruebas
de una empresa especializada en criminalística para
desentrañar los secretos que esconde la imagen y poder
realizar la labor de restauración de la mejor manera.
En la web de la Hermandad de san Benito se apunta a que la
imagen de la Encarnación data del siglo XVII, sin
embargo, las investigaciones del profesor sitúan la
talla un siglo más tarde. Esta idea surge tras comprobar
que la Virgen tuvo originariamente ojos de cristal. Una técnica
que los imagineros comenzaron a utilizar en el siglo XVIII.
No obstante, apunta el restaurador que el maniquí sí se
corresponde al estilo y técnicas del siglo anterior.
Con todo cabe situar la incorporación de la imagen
entre 1625 y 1762. Fechas de dos inventarios consecutivos
entre los que se agenció la imagen. En la actualidad
la Virgen tiene ojos de pasta, que pudieron sustituir a los
de cristal en una restauración de la década
de los años 20 o 30, sin que haya mayor información
al respecto.
Otro descubrimiento que han arrojado las técnicas
forenses es que la posición de la cabeza de la Virgen
de la Encarnación no es la que debió tener
originalmente. Un corte en el cuello lleva a pensar que la
inclinación se modificó para buscar una postura
más natural y una mirada dirigida hacia abajo, en
actitud doliente, advocación de la Virgen de la Encarnación.
Los descubrimientos que ha arrojado la investigación
en torno a la imagen han sido consecuencia de realizar un
estudio pormenorizado de la talla de gran devoción
popular. La eliminación de manchas y suciedad provocó la
utilización de barnices, pinturas y parches que ahora
han sido restaurados. Por suerte, las nuevas técnicas
de fabricación de velas con cera pura de abeja consiguen
que no se emitan humos, colaborando a mantener la integridad
de la imagen y la belleza de la Virgen de la Encarnación.
Para quienes no quieran esperar hasta la próxima Semana
Santa para contemplar el resultado de los trabajos de restauración
realizados en la titular de la Hermandad de san Benito, pueden
acudir al templo o visitar la exposición que con tal
motivo organizará la cofradía en próximas
fechas.