LA HERMANDAD DE
NTRO. PADRE JESÚS DE LA VICTORIA (LA BORRIQUILLA) DE PADUL
RESPONDE AL LLAMAMIENTO DE LA HERMANDAD DE NTRO. SEÑOR DE
LA RESURRECCIÓN, DE GRANADA, CON SU CUADRILLA DE COSTALEROS
AL COMPLETO
Padul Cofrade
Granada, abril 2009
Una noche, en que
la cuadrilla de costaleros de “La Borriquilla” de Padul
hacía uno de sus últimos ensayos, de cara al Domingo
de Ramos de este año, vino a visitarla el Vocal de Costaleros
de la Resurrección de los Vergeles, el cual expuso el problema
que tenía su hermandad para poder cumplir con solvencia la
salida procesional que tenía fijada para el Domingo de Resurrección.
El problema no era otro que la falta de costaleros que había
en su hermandad, agudizado por la celebración el Sábado
Santo de la Passio Granatensis.
Pidió ayuda vehementemente
aunque al principio no pareció estar muy convencido
de obtenerla. En un momento dado pidió permiso para
intervenir el Capataz de “La Borriquilla”, el
cual, dirigiéndose directamente a los costaleros,
recordó que ya habían pasado por una circunstancia
similar en su primera salida y que, habiéndose encontrado
sin costaleros por haberse precipitado los acontecimientos
con la aceptación de la hasta entonces Asociación
Cofrade, como la Hermandad que hoy es, obligando a cambiar
todos los actos y calendario previstos. En aquella ocasión
se pidió ayuda a una hermandad granadina, ofreciéndoles
la “flor” de llevar a su titular en la primera
salida como hermandad. La respuesta del responsable de los
costaleros de la hermandad a la que se había pedido
ayuda, cuyo nombre prefiero omitir, no fue otra que la de
pedir dinero. Naturalmente se rechazó su “ayuda”
y el paso de Nuestro Padre Jesús de la Victoria procesionó
sobre ruedas.
Una vez expuestas la vicisitudes pasadas, el capataz dijo a sus
costaleros “…en nuestra cuadrilla no hay lugar para
los mercenarios, solo hay cabida para la gente con corazón,
no quiero ni puedo obligar a nadie, pero si pido que busquéis
en vuestro interior y deis la respuesta que os dicte vuestro corazón”.
No hubo más que decir; la respuesta fue unánime. Toda
la cuadrilla en bloque asumió el compromiso de ayudar a la
Hermandad de la Resurrección de los Vergeles.
El Vocal de Costaleros de la Resurrección añadió
que la intervención de la cuadrilla de “la Borriquilla”
no sería un simple aporte de algunos costaleros para reforzar
a su cuadrilla, sino que se trataría de entrar los cuarenta
costaleros como cuadrilla en bloque, con su capataz y sus contraguías.
Dijo además que se daría a conocer la solidaridad
mostrada por los costaleros paduleños, para que quedase constancia
del hecho, en los distintos medios de comunicación locales
y provinciales.
Llegó
el Domingo de Resurrección y, tal como se había
acordado, la cuadrilla de “La Borriquilla” estaba
puntualmente en el Puente Romano del río Genil. El
relevo se realizó pasada la Basílica de Nuestra
Señora de las Angustias.
Había nervios y expectación
entre los costaleros, pero se diluyeron como el azúcar
en el café nada más hacer la primera levantá.
De ahí a la plaza de Mariana Pineda y, adentrándose
por San Matías, hasta la calle Navas. Un magistral
giro a la izquierda, de los que se dejan para los pateros
de confianza, cuadró el paso en la embocadura de la
calle Navas y, a renglón seguido, rompió la
cuadrilla de Nuestro Padre Jesús de la Victoria abriendo
calle y haciendo exclamar a los asistentes. A la entrada de
Tribuna volvió a retomar el paso la cuadrilla de la
Resurrección, la cual hizo el paso por tribuna y por
Catedral.
En la plaza de la romanilla
volvió entrar la cuadrilla de Padul. La Banda de Cornetas
y Tambores de Tres Caídas, de Granada, acompañaba
a tambor el racheo de los costaleros, hasta que, ya entrados
en la calle Mesones, comenzó a picar marcha tras marcha.
Los costaleros paduleños comenzaron
a trabajar con una finura y bien hacer que estaba a la altura de
las mejores cuadrillas por todos conocidas, haciendo avanzar el
paso con una cadencia y suavidad que a muchos hizo saltarse las
lágrimas, santiguarse y aplaudir hasta dolerles las manos.
Incontables fueron las marchas interpretadas
y trabajadas desde la entrada en Mesones hasta la Basílica
de Nuestra Señora de las Angustias, lo cual añade
un realce extra a la procesión, ya que este tramo del itinerario
suele ser aprovechado por bandas y costaleros para descansar y ganar
minutos para llegar al “barrio” con tiempo para trabajar
sin prisas.
Costaleros y cargos de la Resurrección
no cesaron de felicitar a los capataces y costaleros paduleños,
por su ayuda y trabajo bien hecho. Hemos visto “hombres como
castillos” dejar rodar por sus mejillas, sin ningún
pudor, lágrimas de emoción y amor al ver a su titular,
la imagen de Dios Vivo, mecido con la maestría que en todo
momento derrocho la cuadrilla de “La Borriquilla” diciendo
que en los muchos años que llevaban de costalero, nunca habían
sido invadidos por una oleada de emoción semejante. Abrazos,
besos y lágrimas han sellado, mejor que cualquier contrato
escrito, una relación de hermandad que, si Dios quiere, perdurará
más allá del tiempo.
También hubo costaleros de
“La Borriquilla” en el paso de Nuestra Señora
del Triunfo, titular mariano de la Hermandad de la Resurrección.
Incluso algunos costaleros de los que habían trabajado en
el paso de Cristo echaron una mano, o mejor dicho los dos hombros,
en el paso de palio, en el que, cosas del destino, estaba como contraguía
Santiago Bueno, uno de los tres fundadores de la hermandad de Nuestro
Padre Jesús de la Victoria y Nuestra Señora del Valle
(La Borriquilla), de Padul.
Padul y sus gentes son solidarios
por naturaleza. Son gente de corazón grande y el pasado Domingo
de Resurrección lo dejó patente, siendo sus embajadores
de excepción la cuadrilla de costalero de Nuestro Padre Jesús
de la Victoria, cuadrilla esta que ha dejado el pabellón
de los costaleros paduleños muy alto, incluso en un día
tan señalado como el Domingo de Resurrección y en
un escenario tan emblemático como las calle de nuestra Capital.